Colonizada por el kirchnerismo, alquilando espacios
para sobrevivir ante la migración de los anunciantes a otros medios, con
un espectro saturado de emisoras sin licencia y afectada por una ley de
medios que puso al margen de la normativa a la mayor parte de las
emisoras que se mantenían en la legalidad, la radio argentina atraviesa
su momento histórico más crítico; signado, además, por la
transformación tecnológica.
El control oficial sobre el dial es nítido en la franja
de la AM, donde la información es aún el contenido predominante. Ese
fenómeno comenzó hace algunos años con el arbitrario reparto de la pauta
oficial y siguió con la llegada de empresarios cercanos a la familia
Kirchner, como los dueños de Electroingeniería, Gerardo Ferreyra y
Osvaldo Acosta (en Radio del Plata), y
Cristóbal López (en Radio 10 , líder en audiencia), entre otros.
En rigor, la Diez y las FM Vale, TKM, Pop y Mega están
todavía en manos de Daniel Hadad y a la espera de que la Autoridad
Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) autorice la
transferencia.
Otros empresarios también pusieron sus radios a
disposición del oficialismo, aunque sus lazos no se remontan hasta los
tiempos santacruceños, como Sergio Szpolski y Matías Garfunkel (Radio
América y Vorterix) y Raúl Moneta (Radio 9 y Rock & Pop, entre
otras). A esa lista se sumaron más recientemente José Luis Manzano y
Daniel Vila (La Red y una treintena de emisoras en Rosario, Mendoza y
San Juan), que buscan salvar a su grupo Uno Medios del rigor de la ley
de servicios de comunicación audiovisual que los obliga a desmembrarlo.
Además, hay que agregar Radio Nacional y las emisoras
que controlan o en las que participan Hebe de Bonafini (La Voz de las
Madres), Luis D'Elía (Radio Rebelde), el sindicalista de encargados de
edificios Víctor Santa María (AM 750), el ex colaborador de José López
Rega, Adrián Amodio (Radio Cooperativa) y otros militantes que operan
diversas frecuencias -incluso más de las permitidas por la ley de
medios- pero que en rating figuran en el rubro "otras radios".
El caso de Cooperativa es especialmente relevante
porque comenzó a transmitir en 770 Khz luego de que la emisora que
ocupaba esa frecuencia, Amplitud 770, sufriera en 2010 un atentado aún
no esclarecido que derribó su antena.
Muchas de estas radios no tienen licencias ni permisos,
y los incumplimientos a la ley vigente son numerosos: mudanzas de
frecuencias (como la que hizo recientemente AM Concepto), más de una AM
con el mismo dueño (como Cadena Eco); la transmisión de un mismo
contenido por dos emisoras, como ocurre con el programa de D'Elía en
Cooperativa y su propia Radio Rebelde (homónima de la emisora cubana),
entre otras.
Fuera de Mitre (Grupo Clarín), El Mundo (Devicom-Film
Suez) y la mayor parte de la programación de Continental (Grupo Prisa),
prácticamente no quedan emisoras fuera del control oficial en le dial de
la AM. Este panorama tampoco fue alterado por la disposición de la
nueva ley de destinar el 33% del espectro a emisoras de organizaciones
sin fines de lucro. "En la radio es donde tenemos más posibilidad de
alcanzar ese objetivo, siempre y cuando se resuelva el problema de la
saturación de espectro", afirmó Pascual Calicchio, especialista en
políticas de comunicación de la UBA e integrante del Foro Argentino de
Radios Comunitarias (Farco).
Sin embargo, parece haber poco espacio para ese 33%.
Según un relevamiento de la Asociación de Radiodifusoras Privadas
Argentinas (ARPA), en todo el país hay 10.671 emisoras, de las cuales
sólo tienen algún tipo de documento que las autorice a transmitir unas
4145, es decir sólo el 38%. El mayor caos está en la franja de la FM y
en el área metropolitana de Buenos Aires, donde hay 251 emisoras
registradas y 550 sin licencia. En otras palabras, en esa área hay hasta
20 emisoras transmitiendo en una misma frecuencia y, consecuentemente,
interfiriéndose entre sí.
No hay cifras oficiales sobre la cantidad de emisoras
ni quiénes son sus dueños porque Afsca no hizo públicos aún los
resultados del censo de medios que realizó en 2011. Un corte por edades
indica que la AM tiene mayor penetración entre los mayores de 40 años, y
la FM predomina en el segmento que está por debajo de ese tope. En
términos de porción de la torta publicitaria, la radio perdió
participación en la última década y, además, la inversión de los
anunciantes se fue concentrando las emisoras más escuchadas. Eso llevó a
muchas radios a "lotear" los horarios y alquilarlos a particulares o a
empresas que quieren tener su propio programa.
"Además de las emisoras ilegales que nos interfieren
hay una cantidad gigantesca de radios que son sólo papeles, que se
presentaron en el censo de Afsca, nunca transmitieron pero quieren
hacerlo en el futuro", agregó Edmundo Rébora, presidente de ARPA. La
profusión de radios ilegales es un fenómeno netamente argentino, que no
tiene comparación en otros países de la región como Chile o Brasil,
donde la ilegalidad es patrimonio de emisoras alternativas que reclaman
su inclusión en el marco jurídico.
En Argentina, ese tipo de radios -legalizadas por la
ley de medios- no llega a las mil. "Varias organizaciones que las
representan tienen entre 40 y 70 asociados, pero muchas radios integran
más de una organización. Yo estimo más de 300 emisoras comunitarias en
todo el país", afirmó Santiago Marino, coordinador de la Maestría en
Industrias Culturales de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
Pero como en toda crisis, y a sus 92 años, la radio
también se asoma a una nueva oportunidad de reinventarse, como cuando
surgió la TV, el cable o Internet. A pesar del boom de los medios
sociales y de la predominancia de lo audiovisual, e incluso combinado
con aquello, la audiencia sigue prefiriendo (o necesitando) de la radio
aunque ahora ya no sea temprano en la mañana ni en el hogar sino bien
entrado el día, en la oficina y, de manera creciente, a través de la Web
(ver aparte).
Algunas experiencias pretenden responder a ese
fenómeno, como Vorterix, el último proyecto de Mario Pergolini, que
combina radio, televisión y eventos en vivo; o
Cienradios.com , del Grupo Clarín, que ofrece más de 400 hilos de contenido musical
online
agrupados por géneros, décadas o artistas, entre otras combinaciones.
El desafío de ese tipo de proyectos pasa todavía por la monetización del
negocio. "Es probable que en pocos años, el receptor de radio quede al
lado del fax o la videocasetera, que funcione pero que no usemos, y que
este medio se escuche por Internet", afirmó Rébora, que representa al
sector más tradicional de esta industria.
Con y sin licencia
La situación del espectro en todo el país según ARPA
AM
- 203
Emisoras legales
Un 10% de esas radios se concentra en el área metropolitana de Buenos Aires
- 157
Emisoras sin licencia
De ese total, 126 están en Capital y conurbano, y 16 en el resto de la provincia
FM
- 3942
Emisoras legales
En el área metropolitana operan 251 radios con algún tipo de permiso
.
- 6369
Emisoras sin licencia
De ese total, 1625 operan en el ámbito de la Capital, el conurbano y la provincia
Del editor: qué significa. La
caótica situación de la radiofonía pone a prueba la ley de medios y
renueva, una vez más, las dudas sobre su aplicabilidad en la realidad
concreta.
Fuente: La Nación, Argentina