A mediados del siglo veinte, la popular galena de principios de siglo ocupaba todavía algunas parcelas en el campo de la radiodifusión en España. Para entender lo dicho, es necesario recordar que en la década de los años cincuenta, el hecho de comprar un aparato de radio de válvulas era un acontecimiento en la familia y un castigo al bolsillo. Como por esas fechas la necesidad agudizaba el ingenio, en el año 1958, con catorce años, construí mi primer radiogalena (en una de aquellas cajas de Farias) con los componentes que todavía se comercializaban para construirlas, entre ellos las bobinas Ultrasón. Cien años después de la era de las galenas, se agudiza el ingenio para otras cosas porque, según parece, en la era de las comunicaciones se nos da todo hecho.
¿Quién se plantea hoy la posibilidad de construir en casa su personal aparato de radio, si por una suscripción o por la compra de unos yogures nos regalan un teléfono con cámara de fotos, radio y lo demás? Aún así, les aseguro que en el siglo XXI también es posible disfrutar de aquella tecnología de la radio antigua, construyendo las galenas en casa por puro entretenimiento, y como actividad extraescolar sin ningún riesgo, porque funcionan sin conectar a la corriente y sin pilas. Sólo necesitan una conexión a tierra y una buena antena.
Los datos que se necesitan para construirlas se pueden encontrar en los libros de radio antigua y en Internet. Algunos componentes los hay todavía en el mercado. Lo demás depende de la habilidad que tenga cada uno para construirlos o reciclarlos. Si eres de los que nos vamos a la cama con la radio, construye tu radiogalena personalizada y despreocúpate de las pilas y de los apagones. Tal vez después digas como aquellos «lo ha dicho la radio».
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