La muestra también permite escuchar grandes hitos sonoros.
1929. Radio de galena. Funciona sin pilas ni electricidad. Las primeras radios estaban pensadas para ser escuchadas individualmente.
1934. NOX B400. Su propietaria destaca la imagen de un lauburu decorado en el dial y la grafía de los colores verde y rojo.
1938. Minerva Deustscher. Es difícil encontrar un aparato que conserve aún el águila imperial y la cruz gamada, símbolos del III Reich.
1940. Philips BE 212U. Aunque la marca Philips sea de origen holandés, curiosamente este aparato fue fabricado en Bélgica.
1954. Philips HF 513A. En los años 50 se extiende la moda de combinar en un solo mueble un receptor de radio y un tocadiscos.
radio Euskadi ha cumplido un cuarto de siglo. Para celebrarlo nos lleva de la mano por RadioTube , un completo recorrido a través de la historia de la radio, recopilando una muestra en el hall de la sede de EiTB en Bilbao con un total de 25 aparatos radiofónicos, uno por cada año que ha cumplido la emisora. "A esta exposición queríamos darle un toque diferente para que no fuera una muestra más de radios antiguas", explica Luis Manuel Martín, responsable de comunicación e imagen de EiTB. "La muestra se llama RadioTube por un doble motivo. Por un lado, por la archiconocida página web YouYube y por otro, por su forma. Queríamos que fuera original, ya que el modo más habitual hubiese sido distribuir las radios por el hall, pero nos pareció mucho mejor darle un toque innovador, original, por ello hemos montado una especie de tubo".
No sólo son radios lo que se incluye dentro del gran tubo, sino que esta iniciativa permite viajar a través del tiempo. En unos pocos metros de recorrido, el visitante echa una ojeada visual y un repaso sonoro por los audios más representativos de la historia. "A un lado hemos colocado las radios. De la más antigua a la más moderna, terminando con el mp3. Al otro hemos colgado unos auriculares con mp3 donde se puede escuchar La Guerra de los Mundos de Orson Welles, un discurso de Hitler, radionovelas o incluso el típico anuncio de Cola-Cao desayuno y merienda", comenta ilusionado.
Para que esta exposición haya sido posible, José Ramón Morejón y Javier Domínguez, dos compañeros de Radio Euskadi, removieron cielo y tierra en busca de personas dispuestas a contribuir. "No es una colección hecha. Hemos querido organizar algo mucho más participativo, ya que ése es el espíritu de Radio Euskadi. Así que finalmente, de todas las personas que nos ofrecieron sus aparatos radiofónicos hemos elegido 25. Los que consideramos más significativos o más adecuados".
UN PASEO POR LA HISTORIA En torno a la radio nacen y crecen miles de historias. Hace unos años, sólo ella era la protagonista de los medios de comunicación. La que conseguía imponer el silencio en casa y reunir a toda la familia a su alrededor. Ahora las cosas son bien distintas. Ni siquiera es necesario un gran mueble para sostener los pesados aparatos, simplemente con un aparato tan minúsculo como un mp3 cualquiera puede llevarse la radio o su música favorita a todas partes. "La verdad es que a lo largo de toda la exposición descubres cómo pasamos de grandes radios al tamaño minúsculo de un mp3. Un tamaño casi ridículo, inimaginable hace unos años", detalla Martín mientras recorre el gran tubo.
Tras el cristal protector el visitante descubre toda una lección histórica, ya que las dos docenas de aparatos radiofónicos que componen la exposición son capaces de transportar a todo aquel que esté interesado hasta los años 30. "Durante esa década los receptores seguían siendo complicados de manejar, con muchos botones…, pero progresivamente se van simplificando y conforme aumenta la oferta de emisoras, también se va desarrollando la industria de fabricación de aparatos. Además era posible captar emisoras muy lejanas", explica el responsable. "Durante la guerra del 36 llegaba a Bilbao con bastante nitidez la señal de Radio Sevilla. Sin embargo, su señal ha sido tapada hoy en día por otras emisiones más próximas en frecuencias parecidas".
Pero no sólo ha cambiado su forma, sino los materiales con los que, cuidadosamente, se construía cada aparato de radio. "Antiguamente eran diversos los materiales que se empleaban para fabricarlos. Madera, baquelita… El problema de la madera es que su coste era muy elevado y era muy difícil curvar y diseñar con ella. Sin embargo, la baquelita era más moldeable y podían realizarse radios mucho más cuidadas", aclara Martín. "Actualmente estos materiales han sido sustituidos progresivamente por el plástico durante los años 50 y por los materiales metálicos en las décadas de los 70 y 80".
Valor sentimental Durante la citada década de los 30, la radio se extiende. Nacen muchas emisoras y el número de receptores se multiplica en las casas. La posibilidad de llegar a sitios donde no había periódicos otorga al nuevo medio de comunicación una credibilidad indiscutible. En este contexto, la radio se transforma en protagonista de historias de ficción, propaganda o lucha e incluso se atreve a ponerse al volante de miles de coches naciendo así la autorradio. "Los aparatos de la muestra tienen un gran valor económico e histórico. Pero sobre todo poseen un tremendo valor sentimental", afirma Martín.
La exposición tampoco se ha olvidado de los grandes hitos que ha vivido la radio. Por ello no podía faltar La Guerra de los Mundos , la excelente obra del actor y cineasta Orson Welles. "Ahora sería impensable que nos asustáramos porque en la radio hablan de una invasión extraterrestre. Sin embargo, en el año 38 fue todo un acontecimiento y dio lugar a que las calles de Nueva York se colapsaran con gente que trataba de huir. Sin duda alguna fue uno de los grandes momentos de la historia y por eso lo recogemos en un mp3", añade. "Además, también recogemos discursos de Adolf Hitler, que en aquella época pensó que inundar el país con propaganda sería la mejor forma de extender su ideología".
En agosto la exposición está cerrada al público, pero volverá a abrirse en septiembre. "Esperamos recibir mucha gente, ya que por el momento ha sido todo un éxito", concluye Martín.
Fuente: Noticias de Alava
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