Radio Emisoras Bolivia 1.450 Khz AM, radio comunitaria propiedad de los
sindicatos campesinos de Oruro, es la tercera estación víctima de un
ataque con dinamita en menos de dos semanas. La explotación ocurrida la
madrugada del 26 de junio de 2012 destruyó su antena de enlace con la
torre de emisión.
“Hemos debido suspender las emisiones pero esperamos
volver pronto al aire”, explicó a Reporteros sin Fronteras Norka
Herrera, uno de los ocho trabajadores de la radio. Según el director de
la radio, Félix Condori, en los últimos días los periodistas recibieron
llamadas telefónicas en las que los amenazaban por su línea editorial.
Este atentado ocurre en medio de un clima enrarecido por los conflictos
sociales, que tomó un giro inquietante con el motín de policías que
exigían un aumento salarial. Miembros del gremio periodístico fueron
víctimas de la ira de los policías en varias ciudades. Según algunos
colegas, tres periodistas de Oruro estaban “fichados” por los policías
insubordinados: Norka Herrera era uno de ellos, junto con Juan Mejía,
corresponsal en Oruro del diario privado La Razón, y José Luis Jaimes,
periodista de la estación Radio Jacinto Rodríguez.
“El anuncio de un acuerdo entre el gobierno y los policías
insubordinados, este 27 de junio, nos tranquiliza. Estos seis días de
forcejeo nos recuerdan mucho la siniestra jornada del 30 septiembre 2010
que hizo vacilar a Ecuador y durante la cual numerosos periodistas,
tanto del sector público como del privado y comunitario, padecieron la
censura y brutalidad de los policías que se sublevaron. Aunque
celebramos este acuerdo, seguimos preocupados por la situación generada
por las múltiples protestas sociales, que puede afectar el ejercicio de
las libertades públicas y del derecho de informar. Debe hacerse justicia
en los casos de Radio Emisoras Bolivia y de los colegas agredidos estos
últimos días”, declaró Reporteros sin Fronteras.
Además del atentado contra Radio Emisoras Bolivia, la protesta policíaca
estuvo marcada por diversas agresiones individuales. Desde el 22 de
junio el periodista de la revista y portal Oxígeno, Armando Quispe,
espera que le regresen su cámara fotográfica. El reportero, que no
obstante se identificó como tal ante los policías manifestantes
congregados en La Paz, fue despojado de su equipo y expulsado
violentamente. Tres días más tarde, también en La Paz, su colega Miguel
Zambrana, quien trabaja en el área de comunicación de la
Vicepresidencia, fue brutalmente golpeado por parte de policías
uniformados con el rostro cubierto con pasamontañas; estos lo acusaban
de ser un “infiltrado” en la protesta, pese a que Miguel Zambrana
portaba de forma visible su identificación de periodista.
Finalmente, Reporteros sin Fronteras tuvo conocimiento de otra agresión
contra un equipo de Televisión Boliviana (principal cadena del Estado),
ocurrida el 23 de junio en Santa Cruz, en la cárcel de Palmasola,
durante un motín de policías que protestaban. Los periodistas, acusados
por la muchedumbre de “minimizar la demanda de los policías”, debieron
salir precipitadamente del lugar.
Fuente: El Mercurio Digital, España
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