Inírida, la capital del Guainía, sigue siendo uno de los municipios más
aislados del país y, quizás, esa sea su fórmula para seguir conservando
intactas su hermoso paisaje y abundante naturaleza, en medio de
caudalosos ríos y frondosa selva.
A un poco más de una hora en avión desde Bogotá o Villavicencio se llega
a esta región dominada por indígenas, entre las que sobresalen las
etnias curripacos y puinaves, y por colonos de diferentes regiones del
país que comenzaron a llegar en las décadas del 50 y 60 del siglo
anterior.
Aunque los recursos naturales abundan, por su difícil acceso (solo vía
aérea o fluvial), productos de primera necesidad son escasos o demasiado
costosos, entre ellos la gasolina, los productos de aseo, las bebidas y
otros alimentos que no se producen en la región.
Pero en medio de sus problemas predomina la tranquilidad que brinda a
propios y visitantes la belleza de sus amaneceres y atardeceres, los
sonidos de sus animales, la mística de sus comunidades indígenas y sus
ríos, fuentes de su alimentación base, el pescado, y vías para
adentrarse a numerosos lugares dignos de conocer.
Los cerros de Mavecure (Mavecure, Mono y Pajarito), por ejemplo, a donde
se llega vía fluvial en unas dos horas desde el puerto de Inírida, son
símbolos naturales y culturales del departamento. Primero, porque se ven
como pirámides que emergen del río y la selva. Segundo, porque, dicen,
que aún se siente en el cerro Pajarito la presencia de la princesa
Inírida o desinkoira (mujer perfumada), leyenda de la etnia puinave y de
toda la región, y tercero, porque son un orgullo turístico del
departamento.
La estrella fluvial del Orinoco, donde convergen en forma de cruz los
ríos Guaviare, Inírida, Atabapo y, por supuesto, el Orinoco, es otro
maravilloso sitio, y para un desprevenido visitante puede ser una de las
principales razones del nombre del departamento de Guainía, cuya
traducción indígena es ‘tierra de muchas aguas’.
Los raudales y los caños son otros espacios para visitar en medio de
anchos ríos y donde de pronto es posible visualizar, con un poco de
magia y suerte, las bellísimas toninas o defines rosados que son un
bastante esquivos a los lentes de las cámaras fotográficas y de video.
El turismo étnico a las comunidades indígenas de Inírida y del Guainía
es otro infaltable en la agenda turística, pues allí, además de conocer
la forma de vida y de compartir con estos seres maravillosos que las
habitan, se puede conseguir el recuerdo artesanal de su visita a este
maravilloso departamento, como diferentes figuras en barro y madera.
Y para terminar, no podemos dejar a un lado la gastronomía, pues además
de ser tierra de colonos donde se consigue casi cualquier plato del
país, el pescado moqueado, servido en las mismas hojas que lo cocinan
con el vapor del fuego, y el ajicero, una sopa con pescado y ají que
dicen que es afrodisiaca, son los platos que mandan la parada,
acompañados con frutos de la caña brava como la arepa de casabe y el
mañoco.
La Gira Radio Nacional sigue recorriendo el país para destacar los
personajes, la cultura, el arte, la música, la gastronomía, las
artesanías, la historia y el turismo de toda la colombiología.
Fuente: Radio Naciopnal de Colombia, Colombia
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