Allá por el 88, cuando la radio comenzaba a
transmitir, en Rosario había sólo tres FM. Aire Libre fue la primera en
tener móviles en la calle y en darle espacio a las necesidades de los
vecinos. Durante años, junto a ciento de organizaciones trabajó por una
nueva Ley de radiodifusión y hoy espera que se ponga en pleno
funcionamiento. Gracias al trabajo en red, en el 91.3 confluyen
realidades locales, nacionales y de los pueblos latinoamericanos. En
diálogo con enREDando, Claudio De Luca le pone palabras y emociones al
camino andado.
Aire Libre no es un Multimedio. Tampoco
una Sociedad Anónima. Es una Radio Comunitaria, una casa multicolor
donde se piensa, se escucha, se cuentan historias y se hace comunicación
popular.
Desde aquel 20 de agosto de 1988, cuando varios amigos “locos
por la radio” hicieron la primera transmisión desde el patio de la
escuela Pablo Pizzurno, Aire Libre se dedica a la construcción de
relaciones solidarias y de una comunicación plural.
A su
alrededor se tejen ideas, se hamacan palabras y canciones, buscando
respetar la diversidad y la multiculturalidad. Desde las calles,
fábricas, escuelas, comunidades originarias, cárceles, hospitales
psiquiátricos. En la diversidad está la esencia de la comunicación
popular, en ese mapa complejo que suelen esquivar los grandes medios,
especialistas en estéticas y formas pero faltos de contenido.
En este cuarto de siglo Aire Libre atravesó por muchas y
diferentes épocas. Después de estar en la escuela Pizzurno, transmitió
desde un local lindero a la parroquia Nuestra Señora de la Salud, lo
hizo desde la casa de las familias de Claudio De Luca y de Daniel
“pollo” Fosaroli. Hasta que en 1996, gracias al aporte económico de la
Misión Central Franciscana (de Alemania) y del trabajo de vecinos,
amigos y compañeros de otras organizaciones, terminaron de levantar la
casa propia y se lanzaron a transmitir desde ahí: Virasoro 5606.
En el 2000 empezaron a ofrecer espacios artísticos y culturales a
través de la biblioteca popular Cachilo, en el marco de lo que es el
Centro de Educación y Comunicación Popular (Cecop). Todos los momentos
estuvieron atravesados por una lucha más amplia, la del reconocimiento
legal de las radios comunitarias y la sanción de una Ley de
radiodifusión plural y democrática, superadora de la Ley de la
dictadura.
En la dulce espera
“En estos 24 años vemos como positivo el hecho del
alumbramiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Cuando
cumplimos los 22 teníamos la ley en camino, a los 23 ya estaba
reglamentada, y a los 24 estamos en la dulce espera. Hasta ahora, poco y
nada se está haciendo con la ley. Todos estamos esperando su
aplicación. El debate sobre cual va a ser el trabajo de nuestros medios
en las comunidades se ve impedido, fundamentalmente, porque las radios
no llegan, porque están tapadas por otras radios que florecen todos los
días”, nos dice Claudio De Luca, trabajador de prensa que estuvo entre
los primeros que le pusieron cuerpo y alma a este sueño compartido.
Aire Libre estuvo entre las tres primeras FM de la ciudad,
actualmente por la saturación del espectro, cuesta sintonizarla, por lo
que se hace fundamental el reordenamiento por parte del Estado.
“Todo el discurso de la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual) con este famoso llamado a concurso que ha
hecho en el último tiempo es en localidades muy pequeñas, donde no hay
ningún tipo de interferencias con otros medios. Salir a concursar en una
localidad dos radios, no es nada, no hace a la reorganización del mapa
del espectro. Por ejemplo el Mocase tiene una red importante de radios
trabajando en toda la zona del monte santiagueño pero ninguna tiene
licencia. Entonces es llamativo, que no se pueda en una zona como
Rosario porque es conflictivo, bueno. ¿Pero en el monte santiagueño cuál
es el conflicto para reorganizar el espectro?”, se pregunta De Luca.
Y
no es difícil imaginar respuestas. Legalizar las radios del Movimiento
Campesino de Santiago del Estero, de alguna manera es darle cabida al
cuestionamiento del modelo sojero, al modelo de desarrollo del “oro
verde” que sigue avanzando sin límites, enriqueciendo a unos pocos y
deforestando, desalojando, envenenando y poniendo en riesgo la soberanía
alimentaria del país. Democratizar la comunicación implica tocar
grandes intereses, no es una novedad, la pregunta sigue siendo si
realmente existe la voluntad y decisión política para hacerlo.
“Son muchas las contradicciones, acá en Rosario la AFSCA
autorizó transacciones de acciones de por ejemplo una radio que tiene el
Grupo Televisión Litoral, FM Plus a una Sociedad donde uno de los
titulares son los nietos de Alberto Gollán. Hay cosas que no cierran.
Cada vez más hay que redoblar la apuesta para que esto que tanto costó,
se ponga en marcha y funcione de la mejor manera posible. Y si en algún
caso es necesario hacer correcciones, que esa corrección no vulnere el
espíritu de la ley”, analiza De Luca.
Otra de las situaciones objetables que menciona el periodista es
sobre la falta de consideración de la AFSCA hacia las Televisoras
Comunitarias, el 23 de agosto, por cuarta vez y luego de haber acordado
una reunión, los referentes de la TV Comunitarias no fueron atendidos. A
su vez observa la continuidad del manejo discrecional y “a dedo” de las
licencias, citando los casos de Construir TV, que es de Martinez de la
UOCRA, de Electroingeniería (la principal contratista del Estado), de
Daniel Hadad, Sergio Szpolski y Cristóbal López, entre otros. “Se le
sigue dando a los grupos que ya están conformados y a los poderosos con
un criterio poco democrático. En ese camino, lo que es el marco
audiovisual creo que estamos complicados porque no aparece, por lo menos
a la vista, la posibilidad al menos de decir ¿Qué hacemos?”, señala.
Durante 26 años de democracia el sistema de radiodifusión
argentino estuvo regulado por un decreto de ley sancionado por la
dictadura de Jorge Rafael Videla, hoy condenado por crímenes de lesa
humanidad y preso en una cárcel común en Marcos Paz.
Antes de la
conformación de la Coalición por una Radiodifusión Democrática –de la
que forma parte Aire Libre-, desde 1983 a 2009, hubo 73 iniciativas de
leyes de medios que no se concretaron. El proyecto que finalmente tuvo
cauce en el Congreso en el año 2009, antes de ingresar al parlamento fue
debatido en foros realizados en todo el país, incluyendo los 21 puntos
elaborados por la Coalición. Luego, en la cámara de Diputados recibió
más de cien modificaciones. Sin dudas la ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual Nº 26.522 es una sólida herramienta que abre la
posibilidad histórica de construir una comunicación democrática,
diversa y federal, por la que es necesario exigir su cumplimiento.
Diversidades
Siempre poblada de voces de chicos y grandes, Aire Libre
sigue siendo sostenida por muchos compañeros/as que creen en la
democratización de la palabra. En el marco de la pluralidad de
contenidos, dos veces al día emite el informativo FARCO, producido por
las radios comunitarias de Argentina integradas en red; y tres veces al
día Contacto Sur, una síntesis de lo que sucede en el continente
latinoamericano, con corresponsales de radios comunitarias de varios
países.
La emisora produce los programas: Señales (conducido por De
Luca); Contra la pared; Buscando Trabajo; Radiochanguitos y La cachilo
te cuenta. Coproduce los programas: Mujeres tras las rejas (realizado
desde el penal de mujeres); Entre nosotros y Marcando la diferencia
(desde la cárcel de varones); Tardes nuestras (realizado por internos
del hospital Agudo Ávila); La señal de la paloma (referido a la realidad
de las comunidades indígenas residentes en Rosario), entre otros. Y
difunde Decí MU (cooperativa lavaca); Revuelto gramajo (FM La Tribu),
Tecnologías para todos (del INTI), entre otras producciones externas.
“Algo sobre lo que siempre trabajamos es en relación a los
gustos de la gente, es un debate todavía abierto, cuando se intentaron
algunos cambios, fallaron. Esta radio por el espíritu que tiene, no se
puede convertir en meramente musical, pasatista, que pase música que
escuchan los jóvenes del barrio o de un sector del barrio, porque no
sirve, porque se deja afuera todo un caudal de cosas que venimos
construyendo desde hace mucho tiempo. Entonces el tema es de qué manera
tratamos de ser inclusivoa y capturamos también alguna otra audiencia.
Hoy es un tema para debatir, me parece que le pasa a muchas otras
radios”, explica De Luca, y de repente, mientras charlamos, se cuela la
voz de un nene que estaba al lado nuestro mirando los dibujitos.
“Yo
sé cómo hacer para que los chicos oigan más la radio, como
Radiochanguitos. Ustedes siempre son de las chacareras, tocan folklore y
todo eso, pero se puede pasar rock ‘n roll, heavy metal, disco, hip
hop. Hay que cambiar la música, poner algo más moderno”, dice con
naturalidad y nos quedamos mirándolo, sorprendidos. Agustín tiene 10
años, creció a la par de la radio, su opinión también es importante para
quienes todos los días hacen esta valiosa apuesta comunitaria.
Fuente: Enredando, Argentina
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