Cuando el hombre sueña tiene la esperanza de que se haga realidad, pero
cuando esos mismos sueños están pensados en proyección en el futuro y en
la necesidad de progresar pueden alcanzar dimensiones inusitadas.
Esto es parte de lo que logró Héctor Florencio Lucero (83), un pionero
de los medios de comunicación en Malargüe, un radioaficionado por
vocación que logró instalar la primera radio AM y llevar la TV al sureño
departamento.
En la década del 50 cuando Malargüe era “un pueblito aislado”, don
Héctor, que llegó desde San Rafael en 1954 por razones laborales junto a
la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), comprendió la necesidad
de acortar las distancias con el resto del mundo para compartir ideas y
culturas.
“Yo vine en el año 54 a Malargüe. Trabajaba para la CNEA, pero la
fábrica estuvo dos años sin actividad y poco había para hacer y eso me
llevó a renunciar. Puse dos negocios, armaba radios, equipos y los
vendía, pero ya en 1948 había empezado por vocación, por gusto, a ser
radioaficionado”, afirma de manera lúcida y con detalles Héctor, hombre
que nació en 1930 y pudo formarse en la escuela de artes y oficios de
San Rafael.
En esos años sólo se contaba en Malargüe con el servicio de telégrafos y
correos, pero se carecía de teléfonos. Tampoco existían emisoras de
radio. Hasta entonces sólo se escuchaban las chilenas, que incidían
fuertemente en la cultura local en su expresión verbal, en sus
costumbres y hasta en su historia.
A fines de 1962, Héctor Lucero armó un equipo transmisor con elementos
propios y lo instaló en su casa particular N° 18 del barrio Atómico.
Desde allí empezó a transmitir en forma experimental en la banda de los
1510 kilociclos. Primero irradiaba música, después charlas de tipo
cultural, sanitario as y de interés general.
“En el 63 empecé armar lo que es hoy la LV19 Radio Malargüe en mi casa
del barrio Atómico. En motoneta su amigo Rubén Ingrata, iba hasta la
fábrica Grassi para ver si hasta allí se escuchaba y nos avisaba.
Cuando la pasamos a la Municipalidad, ya tuve la gran colaboración de
mucha gente, como Carim Rasso, Mario Alonso, Santiago Bardín, Julia
Enríquez y muchos otros" recuerda Lucero, quien también fue el fundador
de la primera AM de Andacollo ( Neuquén), de la hoy radio municipal de
Catriel y colaborador de inicios de radio en Cutral-co, Tunuyán y La
Consulta (San Carlos).
Pero su pasión por los aparatos técnicos y la intención constante de
multiplicar voces y buscar nuevos horizontes, lo llevó a traer por
primera vez la televisión al departamento.
“En esos años estaba Andrés Spasandin como dueño del canal 6. El era
radioaficionado como yo y charlábamos de esos temas. Me dijo que iba a
poner una pequeña base en el cerro Diamante y le dije por qué no
probábamos si llegaba a Malargüe. Así fue que en mi casa, donde había un
salón, la gente del barrio Atómico se reunió por primera vez a ver
televisión y de ahí y por un corto tiempo hasta que los equipos se
quemaron” destaca Lucero, quien también tuvo una intensa participación
en la vida institucional, política, deportiva y social del departamento,
ya que fue concejal del Partido Justicialista, creador del diario “Ecos
de Malargüe”, corresponsal de la agencia de noticias Télam y hasta hace
poco presidente del Consejo de adultos mayores, entre otras tantas
actividades.
“En el 76 decidimos de reponer la señal de TV y formamos una comisión
que se llamó “Pro restablecimiento televisión”. Así reiniciamos la
actividad vendiendo unos bonos y con eso compramos un equipo a Mario
Sini en San Juan, previo convenio con los canales 6, 7 y 9”, agrega.
Contar la historia de este pionero en el Sur provincial no puede hacerse
sin hacer referencia a su intensa tarea e innumerables anécdotas como
radioaficionado.
“Cuando llegué a Malargüe no había teléfonos, el ómnibus llegaba una
sola vez por día a las 20, las rutas eran de tierra y en malas
condiciones y esa situación hizo que el radio aficionado prestara un
servicio importante".
“Recuerdo como una linda anécdota que un día me llamó el doctor Luskar
para decirme que necesitaban oxígeno urgente para una chica de 11 años
que estaba en el hospital. Entonces yo llamé por el equipo y se hizo
presente, L8MSA Osvaldo Frusliet. Le dije que necesitaba oxígeno para
una chica; él lo consiguió y lo mandó”, dijo.
Fuente: Los Andes, Argentina
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