Hay revuelo en el hogar de los Pergolini. Hay sensación de fin de ciclo, se respira ese aire de etapas superadas. Reuniones. Emoción. Ansiedad. Expectativas. A no confundirse: el motivo no es que papá Mario, con 47 años cumplidos, está a punto de dejar el rol más emblemático de la historia de la FM local, sus 25 años al frente de un micrófono en la Rock & Pop. Algo cambiará en las rutinas matinales. Lo que ocurre es que los tres hijos del conductor terminan, respectivamente, el jardín de infantes, la escuela primaria y la secundaria. Sí, todo en la misma semana, y con esa carga de incertidumbre que le permiten a Pergolini decir, más suelto, con sinceridad pero sin apartarse del personaje cínico que lo acompaña, cosas como ésta: "No creo que vaya a extrañar nada de Rock & Pop. Ninguna separación es agradable. Yo jamás me imaginé fuera de Rock & Pop. Pero tampoco me puedo quejar de nada, estuve 25 años contratado ahí...".
Relajado y acelerado, su estilo, Mario -digno representante de esa alcurnia mediática que se define por la no portación de apellido y que lo une con Marcelo, pero también con Susana y Mirtha, y Chiche, Lalo o Victor Hugo- alterna, en esta semana clave, entre la anécdota familiar y su nuevo masterplan, el que está a punto de poner en marcha y con el que fantasea, otra vez, revolucionar la radio. Primero, tira un datito hogareño: jura, por sus hijos, que jamás vio Caiga quien caiga desde que se bajó de la televisión. Y que su hijo mayor, consciente de esa decisión, hace zapping aún durante las tandas con tal que papá Mario no quede expuesto a la versión de CQC sin su conductor original. Después, con entusiasmo, proyecta en una TV enorme las estadísticas de su proyecto digital bautizado Vorterix, sobre el que en 2012 se dispone a montar una programación radial 24 horas. Va de un gráfico de Google Analytics, donde muestra que sus experimentos con videoclips y trasmisiones en vivo desde la radio funcionan, y los renders del Teatro de Colegiales que planea refaccionar íntegro con estudios radiales y alta tecnología. Antes, posó haciendo muecas en su chiche: un estudio verde en el sótano de su oficina donde, gracias a un software, puede simular estar en un estadio o en el piso de un canal de noticias.
-Mirá. Es fácil. Para mí no había muchas opciones. Y no es un tema económico. Yo ya vendí una empresa [Cuatro Cabezas, al grupo holandés Eyework], ahora la mitad de otra, tuve esa suerte (y ríe). Se trata de mi último sueño de joven adulto.
-Pero ya no sos joven adulto, Mario.
-El próximo proyecto será de adulto joven. No sé. Tengo mucho entusiasmo y de verdad necesito comprobar si esto puede funcionar.
Con más espíritu inconformista y ambición que mística de gurú innovador, Mario se dispone a comprobar su propia profecía, en el apocalíptico 2012: "La música es un commodity: FM 100, TKM, todos tenemos lo mismo. También Much Music, MTV. Lo que importa es el diferencial. Ya nadie escucha radio ni prende la tele para escuchar o ver su tema favorito. Es más, la propia radio va a ser un commodity. Entonces yo creo que todo lo que se escuche se tiene que ver y que tenemos que ofrecer lo que otros no tienen: conciertos en vivo, noticieros, la mejor calidad de sonido, transmisiones. Esto es freemium: podemos darte radio gratis, que nos veas a través de una smart TV en exclusiva o que pagues tu entrada al show. Y, la verdad, yo no quería ser dueño de una radio: yo no soy empresario productor. Solo necesitaba una frecuencia totalmente libre, el control del aire las 24 horas para probar si esto funciona. Porque 4 horas ya no me alcanzaban.
-¿Y por qué no Rock & Pop?
-La Rock & Pop tiene su estructura. De hecho, lo que pasó hasta ahora es que los empresarios que tienen la frecuencia de 103.1 me ofrecieron esa libertad. Y todo el control. Te aseguro que me llamaron de todos los grupos grandes de radios. Todos. Pero un empresario, Matías Garfunkel [accionista junto a Raúl Moneta en la compra de Rock & Pop, una sociedad ahora disuelta] con intención de hacer algo fuerte en medios, que le interesó la idea, e hizo la oferta más generosa y tentadora.
Antes de desligarse de cuestiones políticas, insiste en mostrar estadísticas: "Yo siempre mire mucho las planillas de rating, pero no era una cosa de ego, sino de entender. Creo en el combo: es la vieja tradición radial argentina, cuando mi abuelo iba hasta el Centro, al estudio de radio El Mundo, a ver a las orquestas, y traerlo a una época donde nos escuchan desde el celular.
La analogía no es caprichosa: en los años que van desde que dejó su rol de conductor televisivo, se dedicó a ser piloto de avión, a sumar horas de vuelo. Su obsesión por controlar el aire es más que una metáfora de su nueva ambición radial.
Un cuarto de siglo
La historia retrocede 25 años. O algo más. Aún antes de ser el primero en hablar al aire en la emisora de Daniel Grinbank y cambiar la relación con la radio de más de dos generaciones, Mario ya visitaba la primera sede de Rock & Pop en la calle Belgrano con otras intenciones: Bobby Flores le dejaba copiar los preciados discos maxi de vinilo que Grinbank compraba para su radio. Pergolini los usaba en Feedback, el programa que compartía con Ari Paluch en FM Continental. Era 1985. Poco después, Feedback pasó a Rock & Pop con lógica implacable: si iban a pasar sus discos, razonó Grinbank, que lo hagan en su radio.-Y ahora Paluch está en Radio Uno, la frecuencia que tomarías vos. ¿Van a reencontrarse?
-No, y no es por Ari. El tiene su fórmula. Pero yo necesito el aire libre.
En 1986, la sociedad radial Pergolini Paluch se disolvió: Pergolini quedó a la noche, al frente de Malas compañías: desde ahí, donde despuntaría su estilo más picante y muchachista, cubría el 78% de la audiencia de FM de ese horario. Un récord. Eran los tiempos de otro ciclo emblemático, Radio Bangkok, con Lalo Mir al frente.
-Algo logramos. Cuál es? estuvo primero 19 años, salvo estos dos meses que, lo tengo súper analizado, [Santiago] Del Moro, pero también Andy [Kusnetzoff] y Lalo [Mir, tres de sus competidores radiales] por un acontecimiento deportivo se llevaron a algunos de nuestros oyentes. Pero ya volvieron.
Se refiere a las incómodas mediciones de este año que, por primera vez, pusieron a Cuál es? segundo detrás de Terapia despareja, en FM Pop: Mario insiste en que los hinchas de River no toleraron las burlas.
-Igual no me preocupa el rating. No voy a competir con Rock & Pop. No se si seremos la radio más escuchada. Pero la cosa cambió: los anunciantes quieren estar, ya cerramos para trasmitir el Quilmes Rock por Internet. Hay mucho por hacer que no se ve en el rating.
Y vuelve a la anécdotas.
-Mi relación con Rock & Pop es total... Cuando nos tuvimos que mudar, en la época de Grinbank, yo no quería ir muy lejos de acá [Colegiales], de esta zona. Soy un poco fóbico. Entonces Daniel agarró un compás, pinchó mi casa, marcamos un radio de unas 13 cuadras y salió a buscar un edificio dentro de la zona.
La oficina donde atiende parte de esta entrevista queda a tres cuadras del edificio de Rock & Pop. El Teatro de Colegiales, donde se monta la nueva radio, a siete.
-Cuando me baje de la tele pensé que me bajaba de todo. De verdad. Estaba en el negocio inmobiliario [señala el edificio de enfrente, como quien lo construyó], armé la empresa para comercializar videojuegos.
Estamos asociados con Disney. Tengo otra de animación. Me va bien. Y esto puede fallar, claro. Pero yo necesito probarlo. Es ahora o nunca.
La filosofía del rock
Mientras proyecta la programación de Vorterix, Pergolini da pistas de su futuro: nombra a Gonzalo Bonadeo, estará Reynaldo Sietecase y, gran parte de su equipo actual.-¿Eduardo de la Puente se va con vos?
-No, él va a hacer su proyecto en Rock & Pop. Y lo entiendo. Somos como hermanos. Mucho más juntos no podemos hacer. Nadie le debe nada a nadie. En un momento iba a ser parte del proyecto y al final, no. Siempre va a tener un lugar, claro. Pero no es fácil se jefe de tus amigos, tampoco.
-¿Y el perfil musical, lo tenés definido?
-Vamos a poner rock. Viejo, nuevo. Rock. Le quiero poner Vorterix Rock. Creo que perdimos la filosofía del rock. Hoy parece que la única ideología es la política y no: yo creo que hay una ideología del rock. Es lo que hace que un pibe de 16 y yo escuchemos Iron Maiden aunque entendamos cosas distintas. Debemos ser inconformistas natos, opositores, y cuando la oposición pasa a ser el mainstream, seguir ahí. Lo hemos olvidado en la radio que estuvimos. Yo quiero representar al rock. Tenemos que estar donde otros no van.
Aunque me lo quieren bajar sentimental y me gustaría un slogan: Transmitimos lo que nadie transmite.
Fuente: La Nación, Argentina
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