Una de las emisoras pionera del periodismo libre comenzó a funcionar hace 7 años en Río Gallegos. Con un staff creativo, de gente que trabaja a pulmón, construyó una forma de hacer radio. Es el soporte de dos programas de gran peso específico en la radiofonía de la ciudad: Acoso Radial y Séptimo Día.
Hace 7 años FM ABRIL comenzaba a hacerse escuchar. Era la obra física de un grupo de gente que con más pasión por la radio que especulación por la guita imaginaba que podían lograr lo que muy pocos alcanzan en esto de comunicar: tener independencia para hacer lo que mas le gusta, afrontar los costos que ello implica, conseguir quien los escuche, y hacerlo bien. Es decir, saber hacerlo.
Promediaba el 2001, los riogalleguences padecían la intendencia del inepto Héctor Aburto; Néstor Kirchner ya estaba lanzado en su increíble carrera presidencial; y el pais se encaminaba hacia una nueva frutración que a fín de año llegó con el Delarruazo.
Renuncias, inflación, corralito, e incertidumbre instiucional. Cuando no. ¡Hacía falta un escape!
¡Un envión! para sobreponerse a tanta amargura.
En ese contexto una onda expansiva de angustia y bronca se traducía en esperanza y buscaba su lugar en el éter. Un canal de expresión. Y paría, FM ABRIL. El dial se estacionaba en el 105.7, pero la verdadera sintonía hacía sinapsis en el alma, en los corazones. A uno y otro lado de la onda. Emisor y receptor, un solo corazón.
La matriz era ACOSO RADIAL, un producto que desde espacios contratados en otras radios FM, ya tenía un par de años de vigencia abordando la realidad política, social, y cultural, desde el humor y la sátira.
No es fácil reirse de las desgracias de este pais sin caer en la inconciencia de burlarse de los demás sin reconocerse primero uno mismo, como parte de este mundo incomprensiblemente idiota y autodestructivo.
Arroyo, Preto, y Jota Jota, son la base perdurable. Antes y después hubieron otros, muchos.
Quienes lejos de estar olvidados, permanecen grabados en las risas de miles de oyentes que disfrutaron de un estilo de radio fresco, innovador y descabellado.
El Gitano Traico, El Payador Trunco, El Profesor Turbo, El Chileno, ¡viven aún!
Como La Murga de cada semana, que retrataba las andanzas de nuestros políticos y sus desmanes, desde el indulgente coro de ángeles extraviados que daba soporte a la voz celestial del fabuloso y entrañable REM.
Por eso ABRIL, hoy se puede aseverar -sentenciar- con siete flamantes años sobre el lomo, consiguió lo que quería: vivir con lo puesto que no es poco.
Bah si, es bastante poco, ¡pero quedaron vivos caramba!
ABRIL no es la radio solamente. Es La Radio y sus Oyentes.
Una banda de amigos que se quiere y se respeta, y como tal es invencible.
¡Eso es ABRIL!
¡SALUD COMPAÑEROS! Por los primeros siete años.
¡Y por setenta veces siete! (Héctor Barabino)
Fuente: OPI Santa Cruz, Argentina
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