El Día del Periodista, el próximo jueves, tendrá una
doble significación para la Radio de la Ciudad (también conocida como la
Once Diez, que alude a su ubicación en el dial): por un lado, se
presentará su nueva programación; por el otro, Herman Schiller será
objeto, a las puertas del Centro Cultural San Martín, de un acto
solidario por haber sido desplazado de la grilla de esa emisora porteña.
Creada en 1927 por la entonces primera dama, la
cantante lírica Regina Pacini de Alvear, la señal se hizo célebre por
sus transmisiones de conciertos desde el Teatro Colón, pero sufrió
bruscos deterioros en las últimas décadas.
En 1973, sectores de la ultraderecha del peronismo
coparon sus micrófonos con consignas autoritarias y borraron cantidad de
cintas que guardaban valiosas columnas radiales de Jorge Luis Borges.
Ubicada inmejorablemente en el 710 del dial, entre las
dos emisoras más escuchadas a principios de los 80 -Rivadavia y Mitre-,
Carlos Menem la sentenció a correrse a la peor frecuencia, 1110, para
hacer lugar de prepo a Radio 10 (entonces del Grupo Hadad, este año
vendida al empresario K Cristóbal López).
En estos últimos años, LS1 languideció entre decrépitos
equipos de transmisión y una recepción más que defectuosa por parte de
los oyentes, ergo con bajísima audiencia y sueldos extremadamente
desactualizados de su sufrido y leal personal.
* * *
La nueva gestión de Baltazar Jaramillo entró a fin del
año pasado con desusado ímpetu para la habitual pachorra de la
administración pública, con la intención de dar vuelta todo: se
empezaron a actualizar los sueldos, se tiró abajo todo lo que había en
uno de los tres pisos que ocupa la radio para construir nuevas y más
luminosas instalaciones, invirtieron en consolas nuevas y se compró un
cable que promete equiparar la antena analógica con el transmisor
digital.
En total, es una inversión que araña los 4 millones de
pesos, con la ansiada ilusión de elevar la potencia casi al doble de la
que actualmente ostenta. El presupuesto en contrataciones se eleva a $
3.200.000, más de la mitad del cual se va en gastos operativos de la
radio.
Carlos Ares, coordinador del virtual multimedios
público porteño -conformado por la AM 1110, la FM 2x4 (92.7), el canal
Ciudad Abierta y algunos sitios web de la Ciudad-, dispuso la
implementación de tres ideas audaces para dar vuelta la página y
comenzar una nueva era en la radio metropolitana: 1) ponerle punto final
a la totalidad de la programación que estuvo en el aire hasta fin de
año; 2) emitir durante cuatro meses (entre enero y abril, inclusive)
sólo música y flashes informativos cada hora, y 3) implementar, a partir
de este mes, una curiosa reorganización de contenidos temáticos que se
mantienen durante toda la jornada, entre las 9 y las 20, y que van
rotando cada uno de los siete días de la semana.
Cada segmento diario tiene su propio editor: Mariano
del Mazzo (lunes, Pasión), Carlos Ares/ Susana Viau (martes,
Actualidad), Astrid Pikielny (miércoles, Pensamiento), Gustavo Noriega
(jueves, Cultura), Pablo Gorlero (viernes, Espectáculos), Sergio
Elguezábal (sábado, Verde) y Damián Glanz (domingo, Rojo). De 20 a 0, en
tira diaria, Gustavo Lutteral animará una entrevista y una suerte de
"noche del estudiante" (salvo los jueves, reservados para la transmisión
en vivo de conciertos desde el Teatro Colón, o de material de archivo
del mismo tenor), de 0 a 7 habrá música y, de 7 a 9, Ignacio Riverol
arrancará con las noticias del día y mucha información de tránsito.
* * *
Algunas curiosidades e inquietantes paradojas por
resolver: la 1110 levantó unas décimas su escuálido rating durante el
verano cuando sólo transmitía música. Ahora el gran enigma es saber si
hay un público estable dispuesto a mantenerse pegado a la onda, teniendo
en cuenta las siguientes dos rarezas en marcha: 1) que el temario y las
voces cambian radicalmente de día en día y 2) si, además, está
dispuesto a soportar durante once horas variaciones sobre un mismo tema.
Pero, por otra parte, hacer esta jugada tan drástica,
que algunos consideran extravagante, produjo efectos no deseados, como
la situación de Schiller, cuyo ciclo, Leña al fuego , se
transmitía por la AM 1110 desde hace trece años y que quedó fuera de la
programación. Hasta ahora las peticiones del premio Nobel de la Paz,
Adolfo Pérez Esquivel; el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) y la
declaración de interés cultural de su programa por parte de la
Legislatura porteña, entre otras manifestaciones a favor de reponer ese
espacio -que el año pasado tituló una de sus emisiones "Por qué Macri
debe ir preso"-, no lograron conmover a las autoridades de la emisora.
Con ribetes menos enojosos, pero no exentos de
preocupación, espera también una respuesta Betty Elizalde, que venía
realizando su coloquial programa desde hace cuatro años, y a la cual se
la invitó a hacerse cargo tres veces por semana de la primera mañana
informativa, algo bastante alejado en contenidos y en horarios a lo que
esta voz ya legendaria de la radiofonía argentina estaba acostumbrada a
hacer.
Elizalde grabó recientemente algunas cortinas para la
2x4, la FM de la Ciudad (de la que Eduardo Aliverti dejó de ser su voz
insignia), que planea generar eventos en la calle, más espectáculos en
vivo en su estudio mayor y la realización de concursos en busca de
nuevos cantores, orquestas y poetas que interpreten el sentir porteño.
Es esperable que las fricciones que produce cualquier
cambio profundo puedan limarse para que nadie resulte perjudicado y que
lo nuevo nazca sano y con vigor, pero sin traicionar lo diverso, como
cuadra en un medio público, superador del oficialismo circunstancial.
Evitar las desagradables experiencias que en esa materia se están llevando a cabo a nivel nacional resulta vital..
Pablo Sirvén
Fuente: La Nación, Argentina
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