Ya están aflorando los primeros problemas que tendrán las televisiones extranjeras para cubrir los Juegos Olímpicos de Pekín. Debido a las restricciones que pretende imponer el Gobierno chino, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha expresado su preocupación por la poca libertad que tendrán las cadenas internacionales para retransmitir las Olimpiadas.
Las emisoras están negociando las condiciones de trabajo durante la cita olímpica en China, un país dirigido por un régimen autoritario que impone una férrea censura a los medios. Sobre la mesa hay asuntos sensibles como la emisión de las ceremonias y pruebas deportivas con varios segundos de retraso para interrumpir la señal en caso de que se produzcan protestas contra el Gobierno chino.
Además, las televisiones tienen problemas para transmitir libremente desde cualquier parte de la capital china, especialmente desde la plaza de Tiananmen, escenario de las protestas democráticas que fueron aplastadas por la fuerza en junio de 1989.
Aunque el Gobierno chino anunció hace un par de meses que las televisiones occidentales podrían emitir desde dicha plaza, el responsable de Deportes de la UER, Fernando Pardo, explicó a la agencia AP que aún no estaba claro qué cadenas podrían tener acceso al set que el Gobierno está ofreciendo para las retransmisiones.
«Lo que ocurre podría indicar lo que pasará durante los Juegos, por lo que la reacción de las televisiones sería impredecible», advirtió Pardo, quien no descartó que las emisoras pidieran una indemnización en caso de que no se cumplieran las promesas del Gobierno chino.
Moverse libremente
Hace 18 meses, el régimen comunista de Pekín garantizó que los periodistas extranjeros podrían moverse libremente por todo el país, a excepción del Tíbet, pero la revuelta en Lhasa del pasado 14 de marzo y el temor a protestas del movimiento espiritual Falun Gong han intensificado los controles de la Policía.
Por ese motivo, los extranjeros están encontrando dificultades para obtener sus visados de entrada en China y las televisiones deben declarar en la aduana todos los equipos que introduzcan en el país. «Hemos trabajado con regímenes comunistas antes, pero la situación ahora es peor que en las Olimpiadas de 1980», criticó Pardo, quien representa a 4.500 profesionales de 85 empresas de radiodifusión que cubren Europa, el Norte de África y algunas antiguas repúblicas soviéticas.
La libertad de expresión será, por tanto, otra de las pruebas en juego durante los Juegos Olímpicos de Pekín, que serán cubiertos por 30.000 periodistas de todo el mundo.
Fuente: ABC, España
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