Carlos Aparicio es el director de la única radio comunitaria al noroeste de la república mexicana: Radio Bemba.
Este proyecto civil ha crecido aceleradamente en Hermosillo, Sonora y ha servido para darle voz y presencia a las diferentes expresiones sociales de esta ciudad, el estado y el mundo.
Pero esta vez la historia no sólo es sobre Radio Bemba, esta vez el equipo de redacción del Caracol buscó a Carlos Aparicio para que nos informara sobre la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, AMARC, por la sencilla razón de que es el nuevo presidente de la filial mexicana de esta organización, concretamente, a partir del pasado 17 de noviembre de 2007.
La lucha de AMARC
AMARC es una asociación que trabaja a nivel internacional por el derecho de la libertad de información y, específicamente, porque las radios comunitarias sean reconocidas como expresiones que confirman ese derecho y como focos independientes y ciudadanos de la libertad de expresión. La democratización de los medios a través de las radios comunitarias ha sido la labor de AMARC desde su fundación en Canadá en el 83, hasta su calidad de consultora internacional de la UNESCO.
De ese objetivo se desprenden muchos otros trabajos, de los cuales podemos ser testigos en Radio Bemba: el ejercicio de la libertad de ser informados e informar por parte de cualquier ciudadano, sin la necesidad o el requisito, de tener encuadrado un título universitario.
El hacer crecer nuevas radios comunitarias a partir de talleres o clases de periodismo civil y manipulación técnica para la transmisión y recepción de las ondas radiales, es también una labor de la asociación mundial que se puede ver reflejada en el proyecto que tuvo su origen en las aulas universitarias.
En general, el fondo es la democracia en las calles, la búsqueda de la equidad de los medios de información, normalmente secuestrados por corporativos de gran poder económico.
AMARC tiene su directiva general en Canadá a cargo de Steve Buckley y una vicepresidencia por cada uno de los continentes, además de contar con organismos políticos que son representaciones por regiones definidas por lo amplio y complejo de su sociedad y su territorio: México representa una sola región.
En estos organismos representativos se discuten las líneas estratégicas para la difusión y el tratamiento de los derechos humanos y la equidad de información al interior de las radios comunitarias, así como la capacitación de nuevas radios. Es la región mexicana la que ahora representa Radio Bemba como proyecto y Carlos Aparicio como titular.
Que es una radio comunitaria
Teniendo como fondo una lona con el logo de Radio Bemba y un mural de fotografías que narran de forma desordenada la historia de esta radio, Carlos Aparicio atiende a Caracol en un espacio improvisado, porque se encontraban en remodelación de su base, la casa Brad Will.
Desde su silla y al frente de las escaleras que llevan a la cabina de transmisión, Carlos Aparicio vuelve a deletrearnos el concepto, lo que define un proyecto de esta naturaleza: “el diálogo, la discusión de la información, el propiciar un cambio hacia la horizontalidad de los medios, cuando se deja la neutralidad y se toma el compromiso de formar una democracia participativa tomando parte del desarrollo democrático de la región.”
Para él, buscar un permiso frente a las autoridades gubernamentales para poder ejercer la comunicación por ondas radiales, no es perder el sentido comunitario de la radio, sino que es lograr el reconocimiento por parte de esas autoridades del derecho humano de la información y la libre expresión.
Por eso uno de sus principales trabajos frente a AMARC México será conseguir la acreditación para la proyectos de antena libre (aquellas que no tienen permiso) que existen en el país.
AMARC en México
En México la historia de las radios comunitarias comenzó con proyectos que difícilmente podrían cumplir con la definición planteada por el director de Radio Bemba en la entrevista: radios en poblados indígenas que servían de comunicación entre pueblo y pueblo o para difundir actividades de la comunidad, pero nunca para sustentar un proyecto de democratización y crítica sobre la situación de los pueblos indígenas, no se generaban ni el diálogo ni la denuncia. Y esto por el simple hecho de que el presupuesto emergía del gobierno. Pero se ha mejorado desde entonces, las radios comunitarias se han convertido en áreas fértiles para la discusión ciudadana de los acontecimientos políticos de la región, el país y el mundo; muestra de que la población mexicana cada día entiende más que la democracia implica participación.
AMARC México busca como organización nacional lograr que las radios comunitarias sean reconocidas en la nueva Ley de Radio y Televisión y tengan su lugar en la constitución.
Para esto han redactado una propuesta clara que ha sido presentada en una audiencia con la cámara de senadores y que seguirán empujando en este año. También se busca concretar un noticiero a nivel nacional que enlacen todas las radios comunitarias del país y que sirva de contrapeso ante los noticieros oficiales y de los grandes corporativos.
El futuro: la digitalización de la radio
Una preocupación reciente pero que ha cobrado fuerza al interior de AMARC México, es la digitalización del espectro radioeléctrico. No es sólo un cambio técnico porque implica aspectos sociales y, con ello, el mismo trabajo de AMARC.
Con la digitalización de la difusión de la radio, se incrementan los espacios para alojar transmisoras en una misma región lo que cambiaría en su totalidad el régimen legal de concesiones y permisos. Por eso, este tema, es ahora de suma importancia para AMARC alrededor del mundo y específicamente en México.
Miguel Luna
Fuente: Revista Caracol
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