A seis meses de creadas 'La Esquina Radio' y 'Zona Radio', sus directivos hacen un buen balance.
Conocer el público, sus gustos y apreciaciones sobre la radio en plena época de redes sociales e Internet fue la primera tarea que hicieron las emisoras comunitarias Zona Radio y La Esquina Radio a su llegada a las ondas hertzianas de Medellín, en septiembre del 2011.“También nos hemos preguntado por cuál es la estética sonora de la radio comunitaria y lo que necesitan las comunidades. En julio publicaremos el primer libro”, dijo Alejandra Barrera, coordinadora de Zona Radio, ubicada en los 88,4 del dial en FM.
Para Manuel José Bermúdez, director de La Esquina Radio 101.4 FM, los resultados de esta investigación tienen interpretaciones diferentes para ambas emisoras, que lo hicieron en conjunto.
“Propusimos franjas con temas específicos: mujer, diversidad, LGBTI, entre otros, y en esas franjas la investigación nos arrojó que el máximo de concentración de un oyente era de tres a cinco minutos”, precisó.
Ese tiempo es el que duran los microprogramas de su emisora, algo diferenciador frente a las demás de la ciudad en su tipo.
Paralelo al estudio, se han hecho cuatro escuelas radiofónicas en cinco comunas, en las que unas 250 personas –niños, jóvenes y adultos– se acercaron a la producción radial y realizaron 16 programas que están al aire.
A este impulso se suma la reactivación del curso de radio comunitaria en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, que había muerto por sustracción de materia.
Financiación, punto crítico El reporte de sintonía de más de 60 barrios de la ciudad es otro buen síntoma para Zona Radio. La clave es que en ella existe el espacio para impulsar la música local.
El talón de Aquiles es la sostenibilidad financiera a mediano y largo plazo. Por fortuna para Medellín tanto La Esquina como Zona Radio logran mantenerse con lo justo.
Cuatro premios de radio, entre locales y nacionales, no solo le trajeron reconocimiento a La Esquina sino también recursos para construir su cabina y mejorar los equipos.
Por su parte, Zona Radio invirtió cerca de 250 millones de pesos para iniciar emisiones y se sostiene de lo que recibe la corporación Simón Bolívar, en su mayoría recursos de cooperación internacional.
Otras emisoras comunitarias, como Frecuencia Estéreo, creada por Corprado en el 2010, han corrido con menos suerte. La coincidencia de un robo a sus instalaciones y el lanzamiento de Zona Radio que, por disposiciones del Ministerio de las TIC, comparte el mismo dial, la hicieron perder alcance y obligaron al cierre temporal.
“Necesitamos una solución, sino tendremos que cerrar y apagar. Íbamos bien, la gente se la estaba apropiando pero por los problemas se nos cayeron programas que ya iban a comenzar”, señaló Juan Carlos Betancur, director de Frecuencia Estéreo.
Por estar cerca del aeropuerto Olaya Herrera, la emisora no podía desplegar una antena que le garantizara el alcance deseado. Sin embargo, hoy buscan una nueva sede donde comenzarán prácticamente de cero con los dos premios que ganaron en concursos de radio comunitaria y con la ayuda de la Alcaldía.
“Es imposible dos emisoras con la misma frecuencia. Eso es antitécnico y antiradial. Los de Zona Radio no tienen la culpa, es el Ministerio el que otorgó las frecuencias y el que debe responder”, aclaró Betancur.
Pese a las dificultades por las que pasan, quizás la mejor descripción del momento que viven estas emisoras la hace Bermúdez: “Teníamos susto cuando arrancamos de que fuéramos capaces de mantener la línea con la que iniciamos este sueño. Hoy vemos que no solo es posible sino que genera afectividades hacia la radio comunitaria en el país”.
Fuente: El Tiempo, Colombia
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