Continental es una compañía del grupo español Prisa y vive por estas
horas un momento crucial y difícil, que analizó en La Nación Pablo
Sirvén.
La empresa nos ha dado un enorme respaldo y tranquilidad, pero
yo, como hombre de los medios, y hasta como ciudadano, tengo mis temores
lógicos a un avance gubernamental sobre la onda. El tiempo dirá si son
fundados o infundados.”
Quien así se expresa es una popular figura, cuya voz se escucha
habitualmente por
Radio Continental. Su testimonio iba a
ser en on, es decir, con nombre y apellido, pero a último momento, en
vista de que de las diez fuentes consultadas para armar este artículo
sólo una se expidió escuetamente en on, en tanto que las demás apenas se
pronunciaron en voz muy baja y en riguroso off, también pidió reserva
para no quedar tan absolutamente expuesta ante el silencio casi unánime
de los demás.
Es que más allá de que son varios los que quieren creer que la
situación está bajo control o que lo mejor en estas circunstancias es “
la
sangre fría y la cara de póquer“,
flota la sensación de
que el piso puede hundirse en cualquier momento bajo sus pies,
particularmente desde que el lunes pasado la presidenta Cristina
Kirchner anunció la expropiación del 51% de Repsol YPF.
El susto, e
n esta hora de nacionalismo extremo y triunfalista,
que no mide consecuencias a futuro, no es infundado: Continental es una
compañía del grupo español Prisa, presente en 22 países, con más de 52
millones de usuarios, por medio de marcas como el
diario El
País, la cadena de radios
40 Principales y las
editoriales de libros
Santillana y
Alfaguara.
La división Prisa Radio es
el mayor grupo radiofónico en habla
hispana, que llega a más de 27 millones de oyentes, a través de
más de 1200 emisoras y con presencia directa en ocho países (además de
la Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, los Estados Unidos, España,
México y Panamá).
Continental fue de Telefónica (otra empresa española) hasta 2004,
cuando le cedió sus micrófonos al Grupo Prisa, pero entonces sucedió lo
inesperado: a pedido de una radio de Trenque Lauquen, un juez dictó una
medida cautelar que objetaba que la compra hubiese sido hecha por medio
de una filial del holding ubicada en Miami (Grupo Latino de Radio). No
pocos intuyeron que detrás de esos movimientos se encontraba el Grupo
Clarín, deseoso de cerrarle el paso a Prisa, y nunca más pudo superar
esa instancia.
Paradójicamente, desde que Cristina Kirchner puso en la
mira a los medios, esa precaria situación pende sobre la emisora
como
una afilada espada de Damocles que el día menos pensado puede
caer sobre sus permisionarios, máxime porque las restricciones al
capital extranjero que impone la ley de medios complican aún más sus
posibilidades a futuro.
El tiempo acostumbró a Continental a vivir en
una frágil
estabilidad con una programación que contrasta casi
esquizofrénicamente los perfiles muy críticos de los programas de
Magdalena
Ruiz Guiñazú y Fernando Bravo con el del
Víctor Hugo
Morales, volcado fervientemente a resaltar la gestión oficial, y
a hacer de esa rareza una relativa y original fortaleza que la protege
de los eventuales chubascos pendientes.
Pero el frío volvió a correr por la espalda de las 200 personas que
trabajan en la emisora de Rivadavia y Piedras cuando no sólo la primera
mandataria arrasó con Repsol, sino que en el mismo acto tuvo palabras
duras hacia el diario El País, la nave insignia del Grupo Prisa, que los
Kirchner, como pretendidos progresistas, habrían querido tener siempre
de su lado y, por la desilusión al no lograrlo, les sobrevino después un
enojo que nunca se les pasó. Y que se explicitó, en 2008, durante la
única conferencia de prensa que Néstor Kirchner dio en su vida cuando
identificó al movilero de Continental como perteneciente al Grupo Prisa y
lo sobró, entre las mofas y risas de su claque. Pocas semanas
más tarde, el entonces Comfer obligó a la emisora a ponerle punto final a
la transmisión en dúplex por la FM de su escuchada programación en AM.
También el vicepresidente
Amado Boudou en su
solitaria conferencia de prensa sin preguntas en la reciente Semana
Santa, para defenderse de las esquirlas del caso Ciccone, disparó
durísimo contra el diario El País.
Ahora una suerte de
“tormenta perfecta” se ha aposentado
definitivamente sobre el 590 del dial: a la precariedad de su endeble y
siempre pendiente adjudicación, se suma una deuda previsional y la
delicada situación financiera del Grupo Prisa en España, producto de la
depresión económica que envuelve a ese país, y que por eso hace ya rato
ha dejado de enviar remesas de dinero para sostener su filial argentina.
Eso no es todo: entre 2016 y 2018
vencen las licencias de
varias radios privadas, entre las que se encuentra Continental.
Como no falta tanto, el Gobierno sólo tendría que esperar ese momento
para
cubrir esa onda con un permisionario más afín, sin
necesidad de pagar costo político alguno por un sorpresivo zarpazo.
A pesar de todas esas variables que parecen jugarle tan en contra,
Prisa nunca ha manifestado su voluntad de vender y mandarse a mudar. Ni
aun en esta coyuntura tan inflamable en la repentinamente pésima
relación entre la Argentina y España, sus principales personeros han
modificado su invariable discurso: para el holding la presencia en la
Argentina sigue siendo de vital importancia en su estrategia global en
el mundo de habla hispana.
“Las radios están funcionando con toda normalidad -apunta Carlos
Parker Mac-Pherson, gerente general de la cadena Continental que, además
de la emisora porteña, incluye a ocho estaciones más en el interior,
algunas de ellas concesionadas por el mismísimo presidente Néstor
Kirchner- y obviamente Continental está dando la cobertura que requiere
un hecho como éste”, dice en referencia a la expropiación de YPF.
Para hablar del futuro de Prisa Radio en la Argentina, Parker sugirió
tomar contacto con el presidente de la central de la compañía, en
Madrid, Augusto Delkader, quien no respondió la llamada ni el mail que
se le envió por encontrarse “de viaje”, según su secretaria.
Más frío corrió por la espalda de varios anteayer cuando leyeron en
Clarín un alarmista título perdido en medio de su edición que advertía
que “
Afsca analiza quitar Telefe y otros ocho canales a Telefónica”
por motivos parecidos a los que amenazan hace rato el destino de
Continental.
Ya contamos en esta columna, en septiembre del año pasado, que “
el
kirchnerismo coloniza el espectro radiofónico cada vez con mayor
aplicación” (ver nota completa en http://bit.ly/okqc02) y que así
como actualmente el ex Telefe
Claudio Villarruel
programa para Electroingeniería Radio Del Plata, hay quienes imaginan
que el formidable relator uruguayo podría hacer lo propio en Continental
si, algún día, los hechos se precipitaran. El espíritu andariego y poco
concentrado del conductor de La mañana permite desechar esa versión,
aunque una persona afín y cercana podría cubrir ese flanco, para que el
animador pudiese seguir viajando con su programa, como lo hizo en la
semana que pasó, que transmitió por Radio Rebelde, en La Habana, desde
donde se congratuló por la trascendental medida dispuesta por el
gobierno argentino.
También en estos días Continental convocó a los staffs de los
distintos programas a
reservadas reuniones donde se
transmitió la preocupación por lo de Repsol, pero con la esperanza de
que no se convierta en una escalada (al respecto, el viceministro de
Economía de ahora altísimo perfil,
Axel Kicillof,
descartó acciones contra los capitales españoles) y
para
garantizar la libertad de opinión en gran diversidad que
ostenta esa onda.
Por ahora, esto es todo. Por ahora
Fuente: Esto es Tucumán, Argentina