viernes, 27 de febrero de 2009

Dos emisoras de radio indígenas son prohibidas en México

Generalmente no me gusta tratar temas políticos pero hay cosas que no me caben en la cabeza. Tal parece que México es el único país del mundo donde se ponen obstáculos para promover la cultura, preservar las cada vez menos lenguas indígenas aún cuando no se tienen ánimos de lucro.

Hace exactamente un mes el Gobierno Federal, através de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Agencia Federal de Investigaciones, clausuró y desmanteló dos estaciones P’hurépechas de radio, una en San Juan Nuevo Parangaricutiro y otra en Ocumicho en el estado de Michoacán.

El cargo imputado es la irregularidad de dichas estaciones de radio pues en México se requiere permiso de la SCT para poseer, administrar y operar una radiodifusora.

El problema es que el mismo artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos garantiza la autonomía de los pueblos indígenas para decidir este tipo de actuaciones en pro de salvaguardar la lengua y cultura que representen y además de que cuentan con un permiso expedido en la pasada administración presidencial, firmado por el mismo expresidente de México, Vicente Fox Quesada, que los ampara en los diversos trámites debido a su condición especial.

Hoy, un mes después, siguen sin respuesta de las autoridades y el gobierno estatal parece hacerse el desentendido (hay que comprenderlos, tienen asuntos más importantes que tratar como lograr la venta de Casa de Gobierno) cuando es bien sabido que hay estaciones comerciales en el estado que operan en incumplimiento íntegro a la ley, pero aparentemente algo ob$truye la vi$ta de los organismos reguladores.

¿Acaso carecemos de tantito sentido común? ¿no merecen estos grupos los mismos (o más) beneficios que otros ciudadanos? No puedo comprender que en muchas ocasiones el mexicano descalifique automáticamente a sus mismos compatriotas por el hecho de tener iniciativas, así que mucho menos me cabe en la cabeza este tipo de persecusiones contra grupos vulnerables, ¡nuestra propia sangre! Amo mi país, pero de experiencia propia les puedo decir que es el único en el mundo donde es más fácil abrir una estación de radio comercial que una de cultura y sin ánimo de lucro.

Triste pero cierto.

Fuente: Radio Mundial, Venezuela

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