jueves, 19 de abril de 2012

¿Hay que tenerle miedo a las tormentas geomagnéticas fuertes?


La mayor tormenta geomagnética registrada en la Tierra en las últimas décadas fue el 13-14 de marzo de 1989; una lluvia partículas ionizadas que causó estragos en el campo magnético de la Tierra y en nuestros sistemas eléctricos (causó un apagón en Quebec, Canadá, dejando a 5 millones de personas sin electricidad durante 9 horas en pleno invierno y causando daños y pérdidas por unos 2 mil millones de dólares a las empresas del sector; en EEUU y en el Reino Unido causó daños menores). Muchas voces claman que debemos estar preparados para tormentas mucho peores, similares a la que ocurrió en septiembre de 1859 que afectó a las oficinas de telégrafos, induciendo chispas eléctricas en los equipos que produjeron algunos incendios. Se cree que una tormenta de esa escala hoy en día podría resultar desastrosa para nuestra sociedad; un estudio realizado por la Red Eléctrica Nacional del Reino Unido sugiere que una repetición del evento de 1859 dejaría a algunas regiones sin energía eléctrica durante varios meses; estudios realizados en Estados Unidos cuantifican el impacto económico en varios billones de dólares. La fuente de estas terribles tormentas geomagnéticas son las eyecciones de masa coronal, enormes erupciones de plasma que se producen durante las tormentas magnéticas en la atmósfera del Sol. Nos lo cuenta Mike Hapgood, “Astrophysics: Prepare for the coming space weather storm,” Nature 484, 311–313, 19 April 2012. Permíteme un breve resumen. Leer Más

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