• Las cadenas emiten con normalidad pese a los daños del atentado del miércoles
• El coche bomba, colocado por tres etarras, llevaba cien kilos de explosivos
La radio y la televisión públicas de Euskadi emitieron ayer con absoluta normalidad a pesar de los grandes daños causados por los cien kilos de explosivos que ETA hizo estallar ante su sede central en Bilbao el último día del 2008. Los servicios de limpieza cifraron ayer en cinco toneladas el peso de los escombros recogidos.
El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, del PNV, anunció que la estructura del edificio ha resistido el embate.La explosión echó abajo buena parte de la fachada de cristal del edificio Bami, donde se encuentran todas las instalaciones de la radio y la televisión vascas, así como las sedes de los diarios Deia y El Mundo y de Antena 3 y Onda cero.
Horas antes del atentado, lo tres terroristas intentaron robar a punta de pistola una furgoneta para perpetrar el ataque, pero la propietaria logró escapar y en la huida arrolló a uno de los tres etarras, que podría estar herido. Luego, en Arrigorriaga, lograron robar, también a punta de pistola, el vehículo que dejaron cargado de explosivos en parte trasera del edificio de la radio y la televisión vascas.
RÁPIDO DESALOJO
Una llamada a los bomberos de Bilbao en nombre de ETA pocos minutos después de las diez de la mañana del miércoles permitió desalojar a las más de 250 personas que estaban trabajando a aquella hora en el edificio. La Ertzaintza y la policía municipal desalojaron también la estación central de autobuses, que se encuentra justo en frente del edificio Bami; las cercanas oficinas de la Hacienda vizcaína; la Facultad de Ingenieros, y un pabellón del hospital de Basurto.
La operación de desalojo de la zona se hizo con gran celeridad, lo que permitió que no hubiera víctimas.Todas las fuerzas políticas, a excepción de la izquierda aberzale, condenaron el atentado como un ataque contra la libertad de expresión. La banda ha colocado a los periodistas y los medios de comunicación entre sus objetivos, siendo particular la "obsesión" reflejada en documentos etarras contra la radio y la televisión públicas vascas, a las que acusa de militar en su contra.
Fuente: El Periódico, España
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