Reporteros Sin Fronteras (RSF) pidió hoy que se esclarezca
el origen de los ataques contra dos radios locales bolivianas el pasado
jueves en la región minera de Colquiri, que registra graves conflictos.
Esas dos emisoras -Radio Vanguardia y Radio Cumbre- son respectivamente propiedad de los trabajadores de la empresa minera Colquiri y de los mineros "cooperativistas" que reclaman la explotación de yacimientos de estaño, zinc y otros metales actualmente operados por Sinchy Wayra, filial de la suiza Glencore.
Según RSF, las dos radios fueron atacadas con dinamita y se vieron obligadas a suspender sus programas, en una noche en la que, aunque en esas emisoras no se registraron víctimas, los enfrentamientos en la zona provocaron veintitrés heridos, tres de ellos de gravedad.
La organización defensora de la libertad de prensa indicó, en un comunicado, que los dos medios esperan que las negociaciones por los conflictos mineros finalicen, con el fin de reanudar sus actividades.
RSF subrayó que todos los actores de este conflicto "deben gozar de libertad de información", por lo que, en ese sentido, opinó que sus radios pueden ofrecer "un útil espacio de diálogo".
La organización lamentó igualmente que estos ataques no hayan sido los únicos que tienen lugar recientemente, pues se suman a los del pasado 16 de mayo en La Paz, donde periodistas de la agencia Noticias Fides ANF y de las televisiones Unitel y CNN Bolivia sufrieron "serias" agresiones durante la cobertura de una manifestación.
RSF mostró su satisfacción, no obstante, por las recientes iniciativas gubernamentales y parlamentarias para mejorar la seguridad de los periodistas bolivianos en caso de hechos violentos, entre ellos el anteproyecto de Ley de Seguro de Vida y contra Accidentes promovida por la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz.
Esta propuesta tiene lugar después del decreto gubernamental que dispone que los medios deben garantizar el transporte nocturno a sus trabajadores hasta su domicilio, medida que entró en vigor tras el asesinato de los reporteros Verónica y Víctor Hugo Peñasco el pasado febrero.
Fuente: Terra, Chile
Esas dos emisoras -Radio Vanguardia y Radio Cumbre- son respectivamente propiedad de los trabajadores de la empresa minera Colquiri y de los mineros "cooperativistas" que reclaman la explotación de yacimientos de estaño, zinc y otros metales actualmente operados por Sinchy Wayra, filial de la suiza Glencore.
Según RSF, las dos radios fueron atacadas con dinamita y se vieron obligadas a suspender sus programas, en una noche en la que, aunque en esas emisoras no se registraron víctimas, los enfrentamientos en la zona provocaron veintitrés heridos, tres de ellos de gravedad.
La organización defensora de la libertad de prensa indicó, en un comunicado, que los dos medios esperan que las negociaciones por los conflictos mineros finalicen, con el fin de reanudar sus actividades.
RSF subrayó que todos los actores de este conflicto "deben gozar de libertad de información", por lo que, en ese sentido, opinó que sus radios pueden ofrecer "un útil espacio de diálogo".
La organización lamentó igualmente que estos ataques no hayan sido los únicos que tienen lugar recientemente, pues se suman a los del pasado 16 de mayo en La Paz, donde periodistas de la agencia Noticias Fides ANF y de las televisiones Unitel y CNN Bolivia sufrieron "serias" agresiones durante la cobertura de una manifestación.
RSF mostró su satisfacción, no obstante, por las recientes iniciativas gubernamentales y parlamentarias para mejorar la seguridad de los periodistas bolivianos en caso de hechos violentos, entre ellos el anteproyecto de Ley de Seguro de Vida y contra Accidentes promovida por la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz.
Esta propuesta tiene lugar después del decreto gubernamental que dispone que los medios deben garantizar el transporte nocturno a sus trabajadores hasta su domicilio, medida que entró en vigor tras el asesinato de los reporteros Verónica y Víctor Hugo Peñasco el pasado febrero.
Fuente: Terra, Chile
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