Un trabajo investigativo constató que más de medio centenar de radioemisoras clandestinas continúan operaciones en varias zonas de la ciudad de El Alto desde hace más de nueve años. A pesar del control que efectúa la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), ex-Superintendencia de Telecomunicaciones, éstas proliferaron en los anteriores años.
Según Cliford Paravicini, director ejecutivo de la ATT, los operativos que efectúa el ente regulador son continuos y periódicos, pero son insuficientes por el poco personal y equipos con los que cuenta la institución estatal.
Hasta la fecha, la ATT detectó más de un centenar de radioemisoras ilegales que lanzan sus emisiones en amplitud modulada (AM) y frecuencia modulada (FM) en toda Bolivia, además de algunos canales de televisión que funcionaban sin la autorización correspondiente.
EL ALTO. De esta cifra, a escala nacional, más de 50 “radioemisoras pirata”, como se las conoce, emiten sus programas en la urbe alteña, donde se centró el trabajo de investigación del periodista Julio Garay.
De acuerdo con Garay, las antenas fueron instaladas, principalmente, en las zonas 16 de Julio, Ballivián, Alto Lima, Villa Ingenio, Villa Esperanza, Río Seco, Villa Adela y Primero de Mayo.
Otras se ubican en la Ceja, Villa Tunari, Los Andes, Tawantinsuyo, Villa Ingavi, San Luis, Nuevos Horizontes y Santiago Segundo.
Garay refiere que, aunque en menor medida, también comenzaron a emitir desde diversos puntos de la ciudad de La Paz.
DENUNCIAS. Actualmente, vecinos de las zonas 16 de Julio, Ballivián, Alto Lima y Villa Ingenio denunciaron interferencias en sus aparatos receptores de radio, incluso en algunos canales de televisión, como las principales redes nacionales, que están entre los afectados.
Pedro Mamani, vecino de la zona Alto Lima, denunció que una estación que pertenece a una congregación evangélica perjudica e interfiere en la recepción audiovisual de sus televisores, “no sale ningún canal, hay momentos en los que quiero ver y sólo hay un ruido y rayas en la pantalla, inmediatamente lo apagamos para que no se queme”.
Don Carlos, también vecino de esta zona, dijo que la radio mencionada y otras funcionan desde hace varios años y no hay quién pueda hacer algo sobre el tema. “Esta radio tiene una antena que causa mucha interferencia sobre nuestros televisores y radios, recientemente se quemó mi televisor y lo he hecho arreglar, cuesta carísimo el arreglo y no hay nadie que me responda. Además, nos hemos quejado a todas partes, incluso le hemos dicho al pastor de esa iglesia en una asamblea, pero nos ignora”.
LA TELEFONÍA CELULAR. Según otros vecinos del sector, la interferencia alcanza también a los teléfonos móviles.
Evaristo Mamani puntualizó que nadie se hizo cargo del arreglo del daño sufrido por uno de sus equipos.
“Debido a la interferencia, mi computadora se ha quemado. El arreglo me ha costado 380 bolivianos. En este lugar es la única radio que sale e interfiere a toda la zona, no hay otras radioemisoras. Por otro lado, tengo que irme a una cuadra de distancia para poder llamar y hablar por mi celular. Lo único que queremos es que se lleven esa antena a otro lado”.
Paravicini puntualizó que entre una de las funciones principales que le faculta la ley es controlar, fiscalizar y proteger el espectro electromagnético de dominio del Estado contra cualquier interferencia dañina.
Las emisoras clandestinas salen al aire, cambian de frecuencia y se pierden cuando observan que las autoridades las siguen.
5 radios de organizaciones sociales también funcionan sin autorización, aunque iniciaron los trámites.
Tienen un costo de entre 1.00 y 2.500 dólares
Julio Garay dijo que en los nueve años de trabajo que realiza, se verificó que, al margen de no contar con los requisitos técnicos legales que exige la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) para la instalación de una estación de radio, los operadores de estos medios clandestinos sólo requieren de un transmisor con una potencia de 50 a 500 vatios para iniciar operaciones.
EQUIPOS ARTESANALES. Son construidos por técnicos electrónicos, con repuestos que son adquiridos en la feria de la zona 16 de Julio o en casas importadoras que ofrecen los accesorios y transistores de radiofrecuencia.
El costo de estos transmisores caseros oscila entre 100 y 1.000 dólares, de acuerdo con la potencia que tengan. El periodista Julio Garay dijo que “los técnicos fabricantes caseros indican que llegan a armar equipos de hasta 1.000 vatios por 2.500 dólares”.
Generan réditos de hasta 700 bolivianos Estas radioemisoras, según una fuente consultada por La Prensa que estuvo ligada a estos medios de comunicación clandestinos, en los que trabajó bastante tiempo y solicitó la reserva de su identidad, mencionó que dichas emisoras “pirata” cobran desde 50 hasta 700 bolivianos mensuales por pases diarios, sin entregar ningún tipo de recibo y mucho menos factura. Y hay interesados en anunciar sus productos por esos medios.
Fuente: La Prensa, Bolivia
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