martes, 18 de marzo de 2008

Un mallorquín acumula en 70 años una colección de 2.500 aparatos de radio


escrito por www.elmundo.es
martes, 18 de marzo de 2008

España
A los siete años veía con ojos infantiles como su abuelo y varios conocidos se arremolinaban en torno a una radio para enterarse de las novedades de la Guerra Civil. Era el primer aparato radiofónico que veía en su vida y aquella experiencia encendería una pasión que hoy, a sus 77 años, aún no se ha apagado. Pau Marqués (Palma, 1930) atesora la mayor colección de radios y aparatos destinados a la comunicación existente en Baleares. Ni más ni menos que 2.500 piezas de hasta 100 años de antigüedad, cada una con su historia particular.

Desde una radio de vapor a un gramófono de bolsillo pasando por proyectores de cine, teléfonos de todo tipo, walkie talkies primitivos y maletines de espionaje utilizados durante la Segunda Guerra Mundial.
Cada artefacto es una sorpresa. Marqués ha acumulado a lo largo de 70 años utensilios curiosísimos que hoy permanecen almacenados en tres habitaciones de un piso de la capital balear. En la última sala, este empresario mallorquín hoy ya jubilado muestra la primera pieza de todas, aquella con la que escuchaba las crónicas de la Pasionaria cuando era un niño.

La radio le ha acompañado desde siempre y ha marcado algunos de los acontecimientos históricos más importantes que se han sucedido a lo largo de su vida. Marqués cuenta también cómo, cuarenta años después de la guerra, confundió la retransmisión del golpe de estado de Tejero con un serial radiofónico mientras probaba un aparato de 1929 que acababa de arreglar.

Fue la ráfaga de ametralladoras lo que le despistó. Acababa de enchufar el equipo radiofónico cuando escuchó el ruido y pensó que debía tratarse de una obra de ficción. Luego vinieron la ya célebre frase ¡Todo el mundo al suelo! y los comentarios del periodista, que finalmente le hicieron salir del error. Pau Marqués habla con pasión de su afición –es socio fundador de la Asociación de Radioaficionados de España– y muestra con mucho cariño cada una de las piezas, algunas de ellas fabricadas por él mismo.

Es el caso, por ejemplo, de una pequeña radio de apenas cinco centímetros cuadrados o de un receptor capaz de captar y amplificar la señal de varias emisoras sin ningún tipo de corriente eléctrica. Pero uno de los más curiosos es sin duda una radio de vapor que produce la corriente eléctrica necesaria para recibir las ondas mediante un mecanismo similar al que impulsó los primeros trenes aunque, claro está, muchísimo más pequeño. Para hacerlo funcionar basta con agua y un poco de alcohol.

O una radio mucho más moderna de plástico azul que funciona únicamente con una manivela. También este aparato habla de historia, ya que fue un modelo encargado por Nelson Mandela tras constatar que los africanos no podían escuchar la radio porque les resultaba más caro comprar pilas cuando éstas se agotaban que un aparato reproductor nuevo. Las posibilidades de la colección no se agotan ahí. En un estante reposa un receptor de radio de color negro.

Nada extraño, aparentemente, aunque al acercarse se aprecia un pequeño escudo nazi. La explicación de Marqués arroja luz al asunto: se trata del modelo radiofónico de moda en la Alemania de Hitler, convenientemente manipulado para que sólo pudieran oírse los discursos del ministro de propaganda, Joseph Goebbels.

Son sólo algunas de las historias que esconde la colección de Marqués. Las demás, esperan impacientes ser desveladas.

MARIONA CERDÓ

Fuente: Guía de la Radio

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