domingo, 7 de noviembre de 2010

«La radio es una droga que no puedes dejar»

Acaba de recibir una Antena de Oro por toda su trayectoria. Francisco Sáez (San Sebastián, 1962) lleva más de treinta años dedicado a la radio. Empezó a los 18 años en en la Cadena Ser de su ciudad natal, y pasó por Estella, Vitoria y Barcelona hasta llegar a Madrid, donde se instaló junto a su familia hace ya seis años. Hijo de un veterano de la radio, el donostiarra Paco Sáez, el subdirector de programas de Punto Radio se siente «enganchado» a este medio al que llegó «por culpa de su padre y sin ninguna vocación», tal y como él mismo confiesa.
 
- ¿Qué supone ser premiado por los compañeros de profesión?
 
- Un reconocimiento a todos estos años de trabajo y mucho orgullo, porque vengo de una familia de radio; mi padre trabajó en la Ser de San Sebastián durante muchos años. Y quizá sea un tópico, pero recibir un premio de profesionales de la radio y de la tele, de compañeros que hacen lo mismo que tú, es muy, muy importante.
- Comparte galardón con Iñaki Gabilondo, otro donostiarra
 
- Sí. Gabilondo y yo somos los dos únicos donostiarras que tenemos una Antena de Oro de la Asociación de Radio y Televisión. Me gusta compartir este premio con Iñaki, que es uno de los grandes referentes de la radio en España, aunque el mío siempre fue mi padre. He tenido la suerte de trabajar con los grandes y los buenos pero también con los malos, y de éstos también se aprende: a no hacer lo que hacían ellos.
 
- Más de treinta años dedicado a la radio.
 
- Desde que cobré mi primera nómina en Radio San Sebastián han pasado ya treinta años... pero antes ya había probado.
 
- ¿Y cómo fueron esos comienzos?
 
- En San Sebastián a los 18 años. Mi padre me llamó para que le echara una mano en verano... y hasta hoy. Empecé como técnico y lo compaginaba con Onda Pesquera, donde hice mis primeros pinitos como locutor. Luego llegaron a Donostia 'Los 40 principales' y metíamos muchísimas horas. Después de varios años dejé la Ser y monté una emisora. En 1988 me fui a Barcelona, conocí a Luis del Olmo y desde entonces he estado con él. Finalmente en 2004 llegué a Punto Radio.
 
- Entonces lo suyo fue pura vocación.
 
- No, no. Yo iba a estudiar Medicina pero acabé aquí. Porque la radio engancha y a mí me enganchó de verdad. Es algo muy especial y, desde pequeño, en casa siempre había una radio encendida. Recuerdo cómo escuchábamos a mi padre y cómo las radionovelas al estilo de 'Simplemente María' llenaban las tardes de esos días que no ibas al cole porque estabas enfermo, los consejos de la señora Francis, aunque realmente era un hombre el que escribía los guiones, la saga de los Porreta...
 
- Se le ve muy nostálgico.
 
- Es que echo mucho de menos aquella radio. A mí me gustaría seguir con las tres normas que nos enseñaban en la facultad de Periodismo: formar, informar y entretener. Ahora todo es distinto... cada radio tiene su color.
 
- ¿Qué ha cambiado desde los años 80?
 
- Técnicamente todo: el paso del sonido convencional al digital, del magnetofón de grabación de ocho kilos de peso a soportes digitales que te caben en la palma de la mano, de las máquinas de escribir Olivetti a los ordenadores de última generación. En aquellos años, el locutor hablaba, el periodista se limitaba a escribir y el técnico a lo suyo. Ahora todo el mundo hace de todo. Ytambién tenemos cada vez más la competencia de la televisión, la prensa, internet...
 
- Pero la radio sigue muy viva, ¿no?
 
- La radio es lo mejor que existe. Hoy en día la tele no necesita casi imágenes porque todo son tertulias; son como proyectos de radio pero hechos para la televisión porque así les sale más barato. Les interesa más la palabra que la imagen con debates y tertulias de todo tipo; políticos, del cotilleo, sobre salud o alimentación...
- ¿Nunca le ha tentado la televisión?
 
- No. La magia de la radio no la tiene la televisión. No todos los profesionales de radio triunfan en la tele porque no todos tienen una buena imagen. Iñaki Gabilondo sí triunfó, sin embargo Luis del Olmo no.
 
- Se declara enamorado de la radio local.
 
- La radio local es muy cara pero es fundamental. El contacto diario con la gente que te escucha, las noticias del día a día... La gente quiere estar informada de lo que pasa en el mundo, pero sobre todo de lo que ocurre en su entorno. Queremos saber lo que le pasa a nuestro vecino, a nuestro equipo de fútbol, lo que dice el alcalde. Es lo más cerano. Yo soy un amante de la radio local pero reconozco que es carísimo mantenerla. Si no fuera por el apoyo de las grandes cadenas que dan programación a las locales no se podría hacer.
 
- ¿Cuándo empezó en Punto Radio?
 
- Desde que se inauguró en 2004. Llegué un mes más tarde porque mi hijo pequeño estaba a punto de nacer y me quedé esos días en Vitoria. Mi familia me apoyó entonces como me ha apoyado siempre. Sobre todo mi mujer, que ya es una auténtica experta en mudanzas: ha hecho seis en poco tiempo, con dos niños pequeños y sin ayuda de nadie. Es que la vida de la radio es dura. Con unos horarios malísimos, sabes a qué hora entras pero no a la que sales.
 
- ¿Cuál es la apuesta de Punto Radio para esta temporada?
 
- La continuidad. Integrar a Félix Madero para que pueda seguir el camino marcado por Luis del Olmo. Y lo más importante, que se vayan asentando los nuevos programas. Punto Radio es una cadena muy participativa y no pedimos el carnet de identidad a los oyentes que quieren hablar.
 
- Será difícil sustituir a Luis del Olmo.
 
- Sí es difícil, pero hay que abrir las puertas a gente nueva. Luis morirá con las botas puestas, como mi padre. Es que la radio es como una droga que no puedes dejar. 
 
Fuente: Diario Vasco, España

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