Fue construida por el empresario de medios Daniel Hadad en 1998, y derretida por un incendio el último sábado. A las dos de la mañana Hadad recibió un llamado alertando sobre el fuego que ya derribaba la torre desde la que transmitía las señales de las radios Mega y Pop del mismo Grupo Infobae , que preside Hadad. Se propalaban desde una antena dual, que ocupaba el segmento más alto de la torre. El resto (la estructura tenía 211 metros de altura) era utilizada por la Policía Federal, de acuerdo a un convenio que así lo acordaba.
Las pericias se “resolvieron” rápidamente y determinaron que todo se debió a un cortocicuito desatado en un galpón cercano, cuyas llamaradas derritieron las riendas que sostenían la torre que se derrumbó. Pero hubo una sorpresa. Después del episodio, según registró la videovigilancia y quedó grabado, ingresaron al sitio personas que hablaban en hebreo. ¿Que decían? Literalmente que se había caído “nuestra antena”. Se trataría de una empresa israelí que habría obtenido por contratación directa del Ministerio de Seguridad el derecho a utilizar una parte de la torre, por una cifra alta. El suceso aconteció de manera contigua a la multiplicación de rumores relativos a eventuales presiones del gobierno nacional sobre Hadad para vender su grupo . Esa contigüidad no prueba nada, excepto eso: el incendio y los rumores acontecieron en simultáneo.
En declaraciones a Radio 10 -del mismo grupo- Hadad dedicó unas líneas a la proliferación de radios truchas “que son un gran negocio, una fuente de corrupción importante”, al tiempo que agregó que “hace años que el Estado hace la vista gorda al respecto”. Sigue el trámite en la Justicia, con muchas preguntas, sin respuestas.
Fuente: Clarín, Argentina
Las pericias se “resolvieron” rápidamente y determinaron que todo se debió a un cortocicuito desatado en un galpón cercano, cuyas llamaradas derritieron las riendas que sostenían la torre que se derrumbó. Pero hubo una sorpresa. Después del episodio, según registró la videovigilancia y quedó grabado, ingresaron al sitio personas que hablaban en hebreo. ¿Que decían? Literalmente que se había caído “nuestra antena”. Se trataría de una empresa israelí que habría obtenido por contratación directa del Ministerio de Seguridad el derecho a utilizar una parte de la torre, por una cifra alta. El suceso aconteció de manera contigua a la multiplicación de rumores relativos a eventuales presiones del gobierno nacional sobre Hadad para vender su grupo . Esa contigüidad no prueba nada, excepto eso: el incendio y los rumores acontecieron en simultáneo.
En declaraciones a Radio 10 -del mismo grupo- Hadad dedicó unas líneas a la proliferación de radios truchas “que son un gran negocio, una fuente de corrupción importante”, al tiempo que agregó que “hace años que el Estado hace la vista gorda al respecto”. Sigue el trámite en la Justicia, con muchas preguntas, sin respuestas.
Fuente: Clarín, Argentina
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