Una de las noticias más perturbadoras de los días recientes es ésta, difundida ayer por la agencia michoacana de noticias Quadratín, no sólo por el contenido, sino –como se verá más adelante— por el contexto.“Morelia, Mich., 16 de octubre de 2008.-
Mientras el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, realizaba una gira de trabajo por Morelia, una señal radiofónica clandestina llamó a la gente a no acudir al centro de la ciudad, porque presuntamente habrá nuevos ataques terroristas.
“Una investigación periodística revela que por lo menos desde el mediodía, mediante la frecuencia 99.7 de Frecuencia Modulada de la capital michoacana, se empezó a transmitir música pop y grupera, y cada 30 ó 45 minutos se insertaba la grabación de una voz distorsionada.La señal sólo pudo ser escuchada en ciertas zonas de Morelia, pero fuentes oficiales del gobierno de Michoacán confirmaron tener conocimiento de estas transmisiones.
“Las frases que pueden rescatarse de dicho mensaje advierten: “Nuestra sociedad quedó marcada para siempre. Hay fuga de información. Insistimos en que no asistas a eventos masivos, ya que seremos blanco de constantes ataques terroristas, como el que tuvimos no hace mucho.“En nuestra sociedad no existe una institución pública o privada que garantice por escrito la seguridad y la paz social. No existen herramientas y estudios públicos que den validez auténtica.
Atentamente, Comité por un Michoacán en Paz”.“Hasta las 15:30 horas, la frecuencia 99.7 de FM continuaba con sus transmisiones clandestinas.“El portal de internet Frecuencia Informativa Libre, con sede en la colonia Tres Puentes, captó, grabó y obsequió a la agencia Quadratín una copia de la presunta amenaza, que se produce 32 días después de que estallaron dos granadas en el Centro Histórico de Morelia, con saldo de ocho muertos y unos 150 lesionados”.
Si el contenido de esta información no expresara una circunstancia grave de por sí, resaltan en ella dos cosas: la hora y haberse registrado durante la visita del jefe del Estado, quien después de su recorrido por Michoacán vino a la ciudad de México a traerles buenas noticias a los empresarios de la Radio y la TV en la tradicional comida de cada año.Casi a la misma hora de esas transmisiones clandestinas e intimidatorias, el presidente Calderón les decía a los concesionarios:“…hace un año había un sentimiento de indefensión en muchos concesionarios y permisionarios que habían sufrido la toma violenta de estaciones de radio y televisión en varias partes del país, y en algunos casos por varios meses. Les dije que tomaríamos cartas en el asunto y que de ninguna manera permitiríamos estos actos ilegales por parte de personas y de grupos.
“Ha habido, desde luego, como en toda sociedad, surgimiento de conflictos sociales, que estoy seguro se resolverán por la vía del diálogo pero, y sobre todo, por la vía de la aplicación de la ley“Y aún en las circunstancias más complejas, no hemos permitido ni vamos a permitir la toma ilegal de radiodifusoras por grupos violentos.“Hoy les informo, como entonces comenté, estoy convencido de que es la ley la que debe marcar, precisamente, el derrotero de las actividades de los mexicanos, como dije en aquella ocasión, hoy les confirmo que en lo que va de mi gobierno hemos asegurado 68 estaciones que estaban operando de manera ilegal, de las cuales 66 han sido totalmente cerradas y clausuradas.
“Puedo decirles señoras y señores radiodifusores, que no vamos a claudicar en el cumplimiento de la ley, y que por mucho que tenga que avanzar México en lograr convertirse en la nación que queremos, un país de leyes, estamos firmemente comprometidos en mi gobierno a recorrer ese largo camino y que no transigiremos con la aplicación del Estado de derecho”.
A reserva de saber cuáles son esas 68 estaciones aparentemente “piratas”, cuyo aseguramiento y posterior clausura fueron dispuestos por el gobierno en cumplimiento de la ley (cosa de la cual no se tiene duda alguna), de seguro ninguna de ellas es la michoacana de amenazadores contenidos cuya propaganda realmente subversiva estaba al aire en el momento mismo de la dichosa (en el sentido exacto del término) comida con la Cámara de la Industria de la Radio y la TV, en la cual los concesionarios fueron informados de la renovación tecnológica de su industria y del cumplimiento de los compromisos presidenciales pactados hace un año.
De acuerdo con la información de Quadratín, hemos pasado de las narcomantas a las narcoamenazas radiofónicas. Algo para preocupar en serio.
Fuente: Crónica, México
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