Lejos de alcanzar la madurez, con 77 años la radio chaqueña no escapa al desorden gestado hace veinte años cuando las emisoras de frecuencia modulada parecían caer del cielo. Semejante crecimiento bien podría asemejarse a la explosión del Big Bang, sólo que en lugar de generar vida, creó caos en el espectro radiofónico. Tal vez sea ése uno de los mayores retos por venir en el corto plazo. En el apogeo de la proliferación de FM, a mediados de los 90 ya se contabilizaban 68 emisoras, sumadas a las cuatro estaciones de AM ya existentes en la provincia.
Es muy difícil determinar a cuánto ascendió esa cifra hoy, pero una pista aportan fuentes oficiales: cerca de 170 emisoras reciben algún tipo de publicidad del gobierno y se cree que supera las 200.
Esta semana, con la convocatoria nacional para la ratificación de licencias en el Chaco y en otros 13 distritos —considerados ‘zonas de conflicto’— comenzó a transitar el camino del ordenamiento legal de las emisoras.
El paso es considerado histórico para la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) por tratarse de un trámite que permitirá avanzar en la adjudicación de permisos para la instalación, funcionamiento y explotación de FM en trámite desde 1999.
Por otra parte, uno de los mayores problemas derivados de esa pesada herencia de los tiempos de la convertibilidad es la inviable subsistencia de todos los emprendimientos.
De los 8000 millones de pesos que nutren al mercado publicitario en los medios argentinos, sólo un 3 por ciento llega a la radio.
Si para el sector empresario de los demás medios de comunicación las cifras actuales aún son insuficientes para resolver costos de funcionamiento, con cerca de 5000 emisoras en el país, ‘el panorama económico para la radio es todavía mucho más complejo’, sostiene Martín Becerra, economista de la Universidad de Quilmes y del Conicet.
Para tomar muestra local basta con analizar que hoy tan sólo en el Gran Resistencia funcionan más de 50 emisoras de frecuencia modulada, y en Sáenz Peña otras 15 más, por tomar tan sólo dos ciudades.
Sin embargo, en términos de inversión de dinero y recursos, a diferencia de la televisión y la gráfica, la escala económica y costos de producción son inferiores. He allí el porqué de semejante proliferación con tan limitado sustento financiero.
Capítulo aparte merece el condicionamiento de los contenidos de las emisiones atado al sustento económico.
Desde las primeras emisiones de radioteatro hasta espacios aún vigentes, como un servicio de correo oral para oyentes, mantienen vigente la nostalgia por un pasado de excelencia y más fiel a sus orígenes.
Hace dos días la radio argentina cumplió 90 años y en numerosos actos se rindió homenaje a uno de los más nobles medios de comunicación creados por el hombre. Sin embargo, la vida del medio atravesó etapas significativas y altibajos a los que el Chaco no estuvo ajeno. Con la irrupción de la TV, Internet y otras tecnologías, en cada época se temió que desapareciera, perdiera vigencia o espacios. Pero de cada crisis salió fortalecida, probablemente porque su fuerza radica en la palabra hablada y vinculada con la cultura de cada lugar y de su gente.
Precisamente, con la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual esa concepción parece retornar a su génesis. La idea de aquella radio más vinculada con su identidad, con los servicios a la comunidad, con la expresión de espacios públicos y que abra el micrófono a sectores que hasta ahora no accedían se asemeja más al sentido primero de aquella primitiva forma de comunicación que aun hoy vincula y conmueve al mundo.
Fuente: Diario Norte, Argentina
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