jueves, 2 de septiembre de 2010

ESPAÑA: Antenas camufladas como tendales

Los radioaficionados de los años 70 burlaban las prohibiciones franquistas con métodos ingeniososl exposición La muestra Locos por la radio exhibe aparatos y merchandising sobre esta afición en Estados Unidos.

Sólo había dos cadenas de televisión controladas por el Estado y las emisoras de radio tenían que conectar con Radio Nacional de España (RNE) para dar "el parte". En la España de los años 70 la comunicación buscaba cualquier resquicio para burlar el cerco de la censura franquista. Las emisoras de radioaficionados a través de la Banda Ciudadana eran uno de los métodos empleados para comunicaciones consideradas clandestinas e ilegales por el Gobierno a pesar de que en suelo patrio se construían estos ingenios de las ondas.

"Sí, se construían, pero eran equipos destinados a la pesca y camiones, cuyo uso estaba regulado mediante la concesión de permisos especiales. Lo cierto es que a mediados de los setenta las emisoras pirata se multiplicaron", asevera José María Yagüe, responsable del Museo CB de San Roque, que ha tenido abierta la exposición Locos por la radio hasta el pasado viernes 27 de agosto.

En el Campo de Gibraltar, las ondas servían para unir la comarca con la colonia británica durante los años en que la Verja suponía el particular muro de Berlín campogibraltareño. "Las familias separadas hablaban gracias a la radio. En La Línea había multitud de radioaficionados a pesar de la persecución de las autoridades!", comenta. Pero, ¿cómo ocultar una antena de hasta 5 metros en una azotea? Una de las soluciones más sencillas era emplear antenas de formato horizontal y camuflarlas colgando en ellas la ropa. "Servían como tendales para pasar desapercibidas", recuerda Yagüe. Como siempre, el ingenio superaba las limitaciones legales.

La muestra, además de los equipos, también ha exhibido material de merchandising sobre esta práctica que supuso una revolución en Estados Unidos. Los dos meses de exposición han estado completados con actividades como una cacería del zorro (búsqueda de una emisora) donde participaron unas 40 personas y una activación coincidiendo con las lágrimas de San Lorenzo.

Ahora, la lucha del colectivo es otra bien distinta toda vez que la práctica fue autorizada en 1982. Los radioaficionados deben contar con una licencia para poder instalar este tipo de aparatos. Yagüe defiende el uso libre del espectro. "De eliminarse esta restricción administrativa, creemos que las emisoras de radioaficiondos podrían suplir en muchos casos a la telefonía móvil con un coste irrisorio", concluye.

Fuente: EuropaSur, España

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