lunes, 16 de mayo de 2011

ESPAÑA: Las radios privadas cuestionan la viabilidad de las emisoras locales

La patronal del sector en Catalunya pone en duda la función de servicio público de estas cadenas, al tiempo que exige una revisión de su sistema de financiación y del acceso a las frecuencias.
 
Las radios privadas han encontrado un nuevo elemento con el que justificar la delicada situación por la que atraviesa el sector. Se trata de las emisoras locales –unas 250 en la actualidad– que, junto a Com Ràdio, y Catalunya Ràdio copan el 75,5% de las frecuencias en la comunidad autónoma. Esta situación contrasta con el equilibrio entre emisoras públicas y privadas que existe en el resto de España.
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 En el sector aseguran que “no se sabe a ciencia cierta en qué consiste hoy la comunicación pública local”. La Associació Catalana de Ràdio (ACR) va más allá, y denuncia que, mientras algunas siguen respondiendo al principio de servicio local, “la mayoría emite una fórmula musical comercial o conecta con Com Ràdio, y lo visten como si se tratase de una sindicación de contenidos”.

El contencioso entre la ACR y las radios municipales alcanzó su máxima tensión el pasado 31 de marzo, cuando la asociación solicitó al Govern la supresión de Com Ràdio por considerar que ha dejado de ofrecer un servicio local para prácticamente gozar de una cobertura similar a la de Catalunya Ràdio.

Caída de la publicidad
En su argumentación, la ACR defiende que el peso de las emisoras públicas debería limitarse al 50% del espectro radioeléctrico. Esta medida esconde la necesidad del sector privado de reducir su competencia en la lucha por captar la inversión publicitaria, que ha caído un 24% desde que estalló la crisis económica.

En 2009, el sector recaudó unos 57 millones de euros por este concepto. En contra de lo que pueda parecer, Catalunya Ràdio tan sólo captó un 16% de la inversión publicitaria (en torno a nueve millones). En privado, miembros del consejo de gobierno de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) se muestran dispuestos a tratar la supresión de la publicidad en sus emisoras, una vez culmine la integración de las empresas que forman el hólding audiovisual del Govern.

La doble financiación de las radios públicas sigue siendo el gran caballo de batalla de esta patronal privada, que tilda de “insostenible” el actual sistema radiofónico catalán. Por esta razón, exigen la supresión completa de esta vía de financiación mientras sigan recibiendo aportaciones de la Administración.

La modificación de la legislación por la que se rige el sector exige negociaciones a tres bandas. Por un lado, la ACR debe convencer al Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) de que cambie la actual instrucción sobre la presencia de comunicaciones comerciales en el servicio público, que entró en vigor el pasado 1 de enero. La nueva normativa limita las inserciones publicitarias a noventa minutos al día. Además, se fija en ocho minutos por hora el tiempo destinado a este fin.

Una vez se ponga coto a este asunto –siempre según los planes del sector privado– y se “suprima el acceso a la financiación por publicidad del sector radiofónico público”, entonces deberían fijarse las nuevas bases del contrato-programa por el que se rigen.

Com Ràdio, controlada por la Diputación de Barcelona, recibió 10,6 millones de euros de subvención en 2010, frente a los 37,8 millones que la Generalitat entregó a Catalunya Ràdio. Las emisoras de ámbito municipal, por su parte, suelen recibir una subvención de sus ayuntamientos superior a 500.000 euros de media, según estima el sector.

En opinión de la ACR, este doble sistema de financiación “altera de manera grave” la competencia por un mismo público, al tiempo que disimula lo “extraordinariamente ineficaces e ineficientes” que, a su parecer, son las emisoras públicas. Un informe de la patronal apunta a un incremento en el gasto del 60% en Catalunya Ràdio en los últimos seis años, y del 20% entre 2008 y 2009 en Com Ràdio.

El coste por trabajador de la emisora de la Generalitat se sitúa, de media, en 63.362 euros anuales, mientras que el de un empleado de Rac1 –propiedad del grupo Godó y líder de la radio privada en Catalunya– ronda los 35.416 euros.

¿Servicio público?
La ACR, que agrupa a todas las cadenas y emisoras comerciales privadas que operan en la comunidad autónoma, también quiere demostrar que los modelos programáticos de la radio pública y la radio privada están formados básicamente por los mismos géneros. “El 70% o 75% de las parrillas están integradas por información, entretenimiento y deportes, sin poder distinguir entre si es una radio pública o privada”, analiza el sector.

Los medios públicos catalanes siempre se han fijado como objetivo asemejarse a sus vecinos británicos, integrados en la BBC. En este sentido, las radios privadas les recomiendan explotar géneros olvidados, como los dramas y los programas de divulgación e infantiles. El único problema que supone reorientar la oferta hacia estos formatos sería el probable descenso de las audiencias del sector público.

Fuente: Expansión, España

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