sábado, 9 de julio de 2011

MEXICO: Sobre las acusaciones de la CIRT contra las comunitarias

Carlos Aparicio / Ruth Esparza Carvajal
En relación a la reciente incorporación de las comunitarias en el reglamento del IFE, que desde el punto de vista de etcétera es un paso muy importante para visibilizarlas y avanzar hacia la incorporación de éstas a la ley, ¿cuál es la posición de AMARC Latinoamérica?

Bueno, desde la perspectiva de la Asociación Mundial de Redes Comunitarias de América Latina y del Caribe es, por supuesto, un principio, la democratización de los medios en toda la región, bajo el gran espectáculo del buen gobierno y la democratización.

En Argentina, por ejemplo, el año pasado, con la Ley de Servicios Audiovisuales, se dio reconocimiento a las radios comunitarias prácticamente a la par de los estándares de otros países. La distinción misma de algunos elementos no sólo está dentro de este nuevo cuerpo legislativo, sino en el hecho de proporcionar insumos para el desarrollo y la multiplicación de las radios comunitarias. Es un gran logro que se quiere, por supuesto, extender a muchos países. México es una nación que tendría que seguir el mismo camino de Argentina o Uruguay, en todo caso. Específicamente, el reconocimiento de las radios comunitarias tendría que empezar a caminar. Frente a ello sabemos que en México se ha negado cualquier posibilidad de reconocimiento del esquema de radio comunitaria como tal.

Nos ha emocionado, y lo digo también como miembro de AMARC México, el hecho de que por primera ocasión un organismo de la importancia del IFE, del Consejo General del IFE, resuelva sobre su incorporación al reglamento. Por primera vez en un cuerpo legislativo reconocen la existencia de las radios comunitarias.

No sabemos si por temor, por ideología o por simple incompetencia, se nos ha negado esta posibilidad. Sobre todo por presiones de la industria de la radio y la televisión. Sabemos que la CIRT y la Asociación Internacional de Radio en todo el continente ha hecho un trabajo también contra las radios comunitarias, cosa que nos extraña enormemente, por el hecho de que jamás hemos intentado perturbar el trabajo honesto y genuino que cualquier empresario pueda tener en un medio de comunicación, obviamente, combinado con el servicio y el compromiso que debe tener al administrar un bien público.
 
¿Qué opinas de la posición de la CIRT?

Lo decimos de esta manera: te puedo dar ejemplos tan claros como el caso nuestro. Me remito a 2005, cuando nos entregaron el permiso de Radio Bemba. Radio Bemba obtiene el consentimiento después de que se les otorgó al resto de las radios solicitantes. Curiosamente, el único expediente que no había tenido ningún tachón en ese proceso fue el de Radio Bemba, el comunicador del desierto. Cuando el 31 de mayo nos dan la licencia, la gente de la SCT nos dijo: “No les habíamos entregado el permiso, porque los concesionarios de la radio y tv estuvieron cabildeando para que no se les otorgara”. O sea, bajo esa lógica. Una lógica no escrita, por supuesto, porque carecían de facultades para intervenir en una decisión de ese tipo.
 
Claro, pero sabemos que intervienen.

Por supuesto. Entonces, nos espantaba el hecho de pensar que se creen completamente dueños y señores del espectro radioeléctrico.

Eso nos ha puesto a pensar. Ellos de alguna manera han dicho que es un asunto de dinero, de competencia, que podría entenderse porque su fin último es el excedente económico en la explotación de una concesión de radio y televisión. Sin embargo, luego de que hemos visto pasar también cosas como la propuesta que hizo el senador Sotelo hace año y medio para el refrendo administrativo, y por otro lado, el pequeño reconocimiento a nuestras radios en todo el país. Entonces, esa negativa nos parece que es un tema a veces mas ideológico que otra cosa o un capricho.
 
Porque, de hecho, se opuso la CIRT.

Exacto, fue la CIRT la que se opuso a esa reforma. Mientras en otros países de América Latina esto va avanzando –en Brasil, hace unos meses, acaban de hacer una conferencia de telecomunicaciones convocando a todo el mundo para reformar una ley, y estamos a la espera de que surja una ley todavía de mayor avanzada que la de la propia Argentina, que sería también un gran avance para todo el continente—, estamos viendo también que los radiodifusores en México, con tanto peso, probablemente detengan este logro que, para nosotros, es inmenso.
 
¿Hay algún otro país en Latinoamérica que se pueda comparar, que tenga similitud con esta resistencia?

En cuestión de restricciones no existe. Hay pequeños logros –a lo mejor no los que queremos—, sobre leyes que reconocen a las radios comunitarias. Hay radios con baja potencia.
 
Como en Chile...

Exacto. Con dificultades para sacar una licencia, pero las restricciones de México no tienen parangón con ningún país en América Latina. Sin duda es algo preocupante para la Asociación de Radios Comunitarias de América Latina y del Caribe. Como ustedes saben tenemos a gente que lleva procesos penales en este país, por el hecho, incluso, que ya les han otorgado permisos de radio.
 
Que fue un gran avance...

Exactamente. También es un reconocimiento que por parte del Ejecutivo; bueno, en este caso, no por el Ejecutivo sino de la Cofetel, este órgano autónomo que ha visto con buenos ojos, en algunos momentos, el trabajo de las radios comunitarias. Nos parece que son los avances que se han logrado a partir del trabajo de la propia Asociación y de la gente que se ha comprometido o que nos ha publicado o que nos ha acompañado, como es el caso de la revista etcétera, por supuesto. Estas radios pequeñitas que nadie conoce, que nadie ubica porque están alejadas, porque están por ahí perdidas, ahora son visibles.
 
Los reconocen porque están cumpliendo...

No estamos inventando nada. Asumimos que debemos cumplir con lo que ordena el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), sin duda, pero tampoco queremos decirles que sí podemos cuando en realidad no es así. No es un capricho, es una limitante cuando en una de estas radios una o dos personas se dedican desde a abrir la radio, operar, atender el teléfono, dar las noticias y luego hacer todos los requerimientos que ordena el IFE. Está bien, tal vez sí lo podemos hacer, pero no como nos lo piden en muchos casos, sobre todo con las urgencias y precisiones con las que hay que hacerlo, en horario y tiempo.
 
Digamos que hay un margen de error más amplio con respecto a quien cuenta con toda la infraestructura, quien tiene recursos.

Sí, no tenemos un presupuesto, como en otros países, como es el caso de la ley Argentina, donde habrá un presupuesto. Se apoya a las radios con fondos federales, y en México no existe esto.
 
Si no se les quiere reconocer como radios comunitarias, aunque tengan permiso, menos les van a dar presupuesto.

Sin duda ése es un gran tema, ésa es una de las cosas que entendemos, que nos meten más en dificultades. No queremos decir que nos queremos librar de esa obligación; sin duda hay que asumirla, porque peleamos finalmente la democratización de los medios y éste es un paso, indudablemente; es un paso que se dio con la reforma constitucional del Cofipe. Pero las radios comunitarias tienen su propia lógica a partir también de las limitaciones presupuestales y del reconocimiento que existe, que éste ojalá y sea un camino, un proceso que dé lugar a que la CIRT entienda y diga “vamos a reconocer a las radios comunitarias, vamos poniéndoles ciertas reglas”, sería una convivencia mucho más transparente, más equitativa, de buen gobierno, y de alguna u otra manera, entendernos.

Nosotros no los desconocemos, no tendríamos por qué desconocerlos; entonces, también que nos reconozcan; somos pequeños, pero tenemos los mismos derechos que ellos.
 
Así es, el derecho de las minorías.

Por supuesto, y que justamente lo decimos: nosotros no competimos sino compartimos mucho de lo que hacemos por el trabajo mismo, que realizamos todos los días las radios comunitarias.

¿Cual seria el papel de AMARC Latinoamérica para apoyar esta iniciativa del IFE?

Ya viene el apoyo desde el Consejo Regional de AMARC América Latina. Para los consejeros, el reconocimiento al trabajo que hicieron, el acompañamiento en el programa de legislaciones sobre este mismo tema, que esta causa se haga visible en el resto del continente. Si es necesario, utilizar las instancias internacionales adecuadas para que esto se vea y que los magistrados puedan también observar que nosotros estamos preocupados y que América Latina está preocupada por esta concesión.
 
Que no están solas.

Que no están solas, por supuesto; que somos muchas, que somos 4 mil 500 en América Latina, y en el mundo, cerca de 7 mil Radios Comunitarias; que integramos una gran cantidad de redes que fluyen todos los días, y que México avanzan en este rubro. América Latina, sin duda, tiene conocimiento de esto a nivel mundial; la presidenta mundial de AMARC, María Pía Mata, analiza también la posibilidad a nivel internacional de hacernos llegar el apoyo solidario, o al menos decirle a quien vaya a decidir en estas impugnaciones presentadas por la CIRT, Tv Azteca, que estamos realmente muy preocupados, que no es un tema menor y que hemos enfocado las baterías de mucha militancia hacia este tema.

Fuente: Etcétera, México

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