[6/3/2008] En una nota editorial, el diario venezolano El Tiempo desentrañó la nueva metodología de ataque a los medios de comunicación que el presidente Hugo Chávez adoptó luego del “enorme costo político” que provocaron las masivas protestas por el cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV).
“Parece que Miraflores aprendió la lección, pero sólo implica que las medidas contra los medios serán una guerra prolongada de baja intensidad. Se busca el desgaste, más que una decisión sonora de cese total como fue en el caso de RCTV. Y la sociedad, se va acostumbrando, y por tanto hay menos reacciones de protesta”, aseguró el periódico. Según Alberto Federico Ravell, director de Globovisión, la estación acumula unos 50 juicios abiertos, demandas y procesos administrativos de diferente naturaleza. “El canal simboliza una realidad: en Venezuela sí se puede ejercer el derecho a expresarse, pero cuando la expresión es contraria a los intereses del gobierno, ello tiene un costo muy alto”, concluyó el diario. Información publicada en el diario El Tiempo (Venezuela).La hora de Globovisión En junio del año pasado, cuando aún el país estaba reaccionando al cese de la señal abierta de RCTV, medida que cumple el primer aniversario el 27 de mayo venidero, asomamos en un par de intervenciones públicas que dicho caso no era aislado, y que debían esperarse acciones gubernamentales contra el canal Globovisión.
Había llegado, la hora para el medio de 24 horas de información y opinión. Cuando se revisa la cadena de hechos de los últimos años, que han afectado la libertad de expresión e información en Venezuela, salta a la vista este canal. Muchos de sus periodistas fueron agredidos, se les impidió ingresar a conferencias de prensa y actividades gubernamentales, algunos explosivos han sido lanzados contra las instalaciones, se les retuvieron antenas y equipos de transmisión y un sinfín de manifestaciones políticas del chavismo terminan ante las puertas del canal. El presidente Chávez se refiere a este medio, así como todos los ministros que en los últimos años se han turnado en la jefatura del Ministerio de Comunicación e Información (MINCI).
De acuerdo con una entrevista que publicó Tal Cual el pasado lunes, con Alberto Federico Ravell, director de la estación, Globovisión acumula unos 50 juicios abiertos, demandas y procesos administrativos de diferente naturaleza. El canal simboliza una realidad: en Venezuela sí se puede ejercer el derecho a expresarse, pero cuando la expresión es contraria a los intereses del gobierno, ello tiene un costo muy alto.No caben dudas del enorme costo político que le trajo, a Hugo Chávez, la salida del aire de RCTV.
Las constantes movilizaciones de estudiantes universitarios evidenciaron el rechazo a la medida, en el exterior llovieron las condenas de diversa índole. Fue evidente el sesgo político que tuvo el gobierno, para castigar una línea editorial crítica, en el caso del canal de Quinta Crespo.Parece que Miraflores aprendió la lección, pero sólo implica que las medidas contra los medios serán una guerra prolongada de baja intensidad. Se busca el desgaste, más que una decisión sonora de cese total como fue en el caso de RCTV. Y la sociedad, se va acostumbrando, y por tanto hay menos reacciones de protesta.Desde que comenzó el año se han dado acciones contra Globovisión desde diferentes ángulos, pero sin llegar a decretar su cierre. Una vía han sido las amenazas y la solicitud de que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) actúe. El canal es desequilibrado y tendencioso, y por tanto debe castigársele.
Ese argumento, que repiten muchos funcionarios, deja de lado un asunto no menor: los medios del Estado, VTV por ejemplo, también deberían ser sancionados. Como la ley no se aplica a todos por igual, entonces es obvia la discriminación contra el canal de noticias.Hace poco, Carlos Blanco escribió en El Universal, que el gran problema del gobierno con Globovisión, no era que allí se le diera espacio a la oposición. Ello siempre ha ocurrido. Lo verdaderamente molesto es que ahora Globovisión fuese la pantalla en la que muchos chavistas expresan su disconformidad.
Fuente: Medios Latinos
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