COLOMBIA: La emisora HJCK cumple 60 años

Su director, Álvaro Castaño Castillo, cuenta algunas anécdotas de cómo nació este proyecto.

No fue fácil el camino que debieron abrirse Álvaro Castaño Castillo y sus socios cuando se les ocurrió crear la emisora cultural HJCK, que este miércoles, 15 de septiembre, celebra sus 60 años con una misa solmene y un concierto de gala, en el Gimnasio Moderno de Bogotá.

Cuando Castaño Castillo y su amigo Gonzalo Rueda Caro comentaron la idea de ingresar a la radio para hablar sólo de cultura, todo el mundo los tildó de locos.

Este par de jóvenes, por entonces, lanzaron la idea en una de las tradicionales tertulias domingueras en la finca Santa Ana, que hacían el escritor Tomás Rueda Vargas y su señora Margarita Caro, a la que asistían ilustres personalidades del mundo cultural, como Eduardo Carranza, Eduardo Caballero Calderón, Luis de Zuleta, Emilia Pardo Umaña y Eduardo Guzmán Esponda.

"Parecía una locura introducirle a la programación de la radio el tema de la cultura porque todo el mundo sabía que en la radio hay una tiranía, que es su majestad la sintonía, y la gente me dijo: 'si te pones a hablar de cultura en la radio no te oyen y si no te oyen no te financian'", recuerda Castaño Castillo.

Con todo y eso, Castaño y Rueda encontraron eco en otros amigos como Alfonso Peñaranda Ruan, Eduardo Caballero y los hermanos Martínez Rueda, para darle vida a la emisora el 15 de septiembre de 1950.

"Eso sí, nos propusimos hacerla de una manera decente, porque yo siempre he creído que la radio es una investidura y la responsabilidad del radiodifusor en países como el nuestro es enorme", anota su director, quien siempre contó con el apoyo de su esposa Gloria Valencia.

'Para la inmensa minoría'

Una vez superado el problema de convencer a la gente, apareció el segundo escollo en el camino. Castaño recuerda que la emisora se iba a llamar en un inicio ABC. Sin embargo, cuando pasaron la propuesta, el Gobierno se las rechazó, aduciendo que se trataba de una emisora de oposición y que además el nombre no estaba permitido. "Entonces comenzamos a votar letras, y de pronto se nos ocurrió HJCK, porque Colombia debía tener la base 'HJ', que luego unimos a las otras dos letras".

Finalmente, la emisora salió al aire, asociada a sus dos famosos eslóganes que hicieron historia en la radio: 'El mundo en Bogotá' y 'Una emisora para le inmensa minoría'. Sobre este último su director recuerda el doble sentido que buscaban con la frase: "Era ingenuo y a la vez desafiante porque además de afirmar que somos la inmensa minoría, por el nicho cultural, aceptábamos que no teníamos las grandes mayorías que las agencias de publicidad exigían".

Desde el principio, el proyecto fue muy bien recibido, al punto que en 1962 fue noticia mundial, al ganar el prestigioso Premio Ondas, por su programa 'El correo de la cultura', que tenía 48 corresponsales en ciudades como Nueva York, París, Londres y hasta el Congo Belga. "Recuerdo cuando entró el telex, decía: 'emisora desconocida de Colombia ha ganado el gran premio mundial', casi nos morimos de alegría", dice Castaño.

Era una época en que el mundo se movía a otro ritmo. Las emisoras se daban el lujo de iniciar programación a las 8 de la mañana y finalizarla a las 11 p.m. "Me acuerdo mucho de la frase con que terminaba la emisora, que la decía Hernán Mejía: 'las nueve horas de descanso que vienen a continuación son cortesía de los Colchones El Rastrojo, colchones que no existieron nunca'", concluye con humor su director.

COLECCIÓN ÚNICA DE VOCES

Uno de los activos más importantes que tiene la HJCK, hoy en Internet, es su archivo de voces, uno de los más completos de la lengua castellana, como lo anota su director. Una colección echa ladrillo sobre ladrillo, luego de grabar en estos 60 años a las voces más importantes de intelectuales, poetas y gente de la cultura, que luego se enriqueció a través del intercambio con otras emisoras mundiales, como Radio Francia Internacional, la BBC, la 'Voz Viva de México', y algunas españolas que les proporcionaron voces como las de Miguel de Unamuno y Azorin.

Fuente: El Tiempo, Colombia