miércoles, 9 de abril de 2008

Radio Nederland: El Cambio Decisivo


La fuerza de la palabra de la voz de todos. La voz y no el silencio. La palabra que, al fin prevalecerá. Federico Mayor Zaragoza. EL CAMBIO DECISIVO Radio Nederland comenzó sus transmisiones en español el 8 de septiembre de 1947.

Sus primeras emisiones tuvieron el signo de la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Al despuntar la década de los cincuenta se consolidan las emisiones sistemáticas hacia América Latina y el Caribe por onda corta.

Asimismo, y a través del llamado Servicio de Transcripciones, se inicia una relación estable con más de doscientas emisoras afiliadas que reciben regularmente programas culturales y musicales., primero en disco, luego en casetes y, finalmente, en disco compacto. Redacción central de Radio Nederland Wereldomroep El signo sobresaliente es el de una política de buena vecindad marcada por la promoción de valores artísticos y culturales, además de la promoción de los principales productos de exportación holandeses.

En el campo informativo se mantiene durante esta época un rigor informativo desprovisto de matices interpretativos. Son años decisivos para dar a conocer el nombre de Radio Nederland. Los oyentes de onda corta y particularmente los diexistas perciben a la emisora como una radio amable y delicada en las formas.

Ya desde los primeros años Radio Nederland buscará la diversidad de voces latinoamericanas como una de sus principales características de presentación. Las postrimerías de los años sesenta y el comienzo de los setenta cambian el rumbo político de América Latina.

La revolución cubana y la guerra fría llevan a los Estados Unidos a buscar respuestas enérgicas para evitar la propagación del ideario revolucionario. A la política de ayuda al desarrollo de la Alianza para el Progreso se le impone la Doctrina de la Seguridad Nacional que transforma a casi todos los intentos de cambio social en enemigo interno.

Europa era todavía débil en su política exterior, y en América Latina los gobiernos y fuerzas armadas tienen que elegir entre estar con el país líder global, o en contra. La falta de instituciones democráticas fuertes, más la influencia exterior dio lugar a dictaduras militares que provocaron represión y una ola de exilios que envió a cientos de miles de personas de la región por todo el mundo.

Europa fue especialmente sensible al problema de los refugiados, y algunos países, como Holanda y los nórdicos, particularmente solidarios. Sus gobiernos y sociedades civiles acogieron a los refugiados más allá de distinciones políticas. En la segunda mitad de los setenta Radio Nederland emprende un giro decisivo en su política periodística. Basándose en criterios de independencia, opta por una estrategia programática de defensa abierta de los derechos humanos, condena a las dictaduras, promoción de la libertad como de la democracia.

Fue precisamente esa independencia la que la mostró diferente de dos referentes obligados: Radio la Voz de América, que sirve a las directrices de la política exterior de Estados Unidos y Radio Moscú, a la sazón instrumento del gobierno de la ex Unión Soviética. Radio Nederland, emisora pública, subvencionada por el Estado holandés pero totalmente autónoma en su quehacer, fue una alternativa comunicacional no sujeta a ideologías ni militancias particulares.

Este es el rasgo distintivo que definirá, de allí en adelante, toda su política editorial. ESPERANZA Y DESENCANTO POLÍTICO Hacia nuevas formas de distribución programática En la década de los ochenta y parte de los noventa se reinician los procesos democráticos en América Latina. Es hora de esperanzas renovadas. La caída del muro de Berlín despierta entusiasmos e ilusiones.

Una frase lo resume todo:"El dinero que se gastaba en la guerra, será ahora para el desarrollo". Las jóvenes democracias del área se encuentran firmemente asentadas: elecciones libres, alternancia en el poder, sufragio universal, prensa libre y continuidad. Pese a estos avances, los niveles de desarrollo democrático son muy dispares. Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo indicó en 2003 que la democracia en la región se encontraba amenazada por la pobreza, la desigualdad y la falta de opciones para las mayorías.

En estos años las instituciones no han logrado incrementar su capacidad para alcanzar el objetivo central de su cometido que es la reducción de la pobreza y la desigualdad. La región se encuentra en una situación, por lo tanto, paradójica. Por un lado, sistemas democráticos que perduran como nunca antes había sucedido. Por otro lado, la pobreza, el impacto y fracaso de políticas neoliberales, el peso del chovinismo nacional en las disputas entre países, la debilidad extrema de los procesos de integración, y las respuestas populistas son varios pero no son todos los ingredientes que explican la actual coyuntura de la región.

A ellos se suma que desde septiembre de 2001 América Latina ha perdido peso en la agenda exterior de Estados Unidos. El departamento español de Radio Nederland ha acompañado críticamente tanto los cambios como los disímiles procesos de democratización en América Latina. En 1992 es la primera emisora que incursiona en la distribución de su programación vía satélite.

Una amplia gama de emisoras comerciales, culturales, regionales, universitarias y comunitarias recibe con agrado la posibilidad de transmitir con inmediatez y alta definición sonora los diversos programas que se producen en Hilversum. Con el paso de los años se crea una red que supera las 650 emisoras en la región latinoamericana y el Caribe. Paralelamente, otras 350 emisoras reciben sistemáticamente programación envasada en discos compactos, de distribución gratuita.

La aparición de Internet a comienzos de esta década supuso la irrupción del primer sistema de transmisión que aúna a todos los demás. Lo que hasta ahora venía siendo complementario deviene en inclusivo. Texto, imagen y sonido permiten potenciar la presencia de la radio. Internet no es la competencia sino la aliada. Pero el instrumento modifica sustancialmente la concepción y el sistema de trabajo. El modelo de exclusividad de un modo de transmisión cede rápidamente paso a la convicción de que el mensaje puede ser transmitido de diversas formas.

La especialización en la radio actual exige una versatilidad que incluye presentación, redacción, edición, fotografía y video. De este modo entran en vía de extinción profesiones únicas como las de locutor, redactor, técnico, y otras.

UN PUENTE ENTRE DOS CONTINENTES.

El valor de la radio pública Radio Nederland Wereldomroep posee una estrategia programática que es creación conjunta del Consejo de Administración, el Consejo de Programación, la Dirección, y el conjunto de los periodistas que laboran en la institución. La más reciente revitalización (2005) conocida como "24 quilates" ha establecido dos líneas principales: mayor unidad en la diversidad, y mayor presencia pública de la emisora tanto en el país como en el exterior. La unidad en la diversidad busca una mejor concatenación mediante el trabajo conjunto entre los diferentes departamentos. (RNW transmite en nueve idiomas)

Asimismo, se aspira a ofrecer una cara más homogénea en temas centrales de actualidad como también en el trabajo temático de la emisora. RNW selecciona cada año cuatro temas destacados para desarrollarlos en todas las transmisiones de onda corta, satélite e Internet.

Las nuevas tecnologías han posibilitado desprenderse del antiguo paradigma basado en un emisor y un receptor. Alguien emite y los demás escuchan. O sea, la comunicación pasiva. Por el contrario, buscamos ser un puente entre dos regiones, sendero de doble vía que lleva y trae información de ambas riberas.

Así, la interactividad cobra particular relevancia. Por nuestro sendero circula la información que generan las instancias oficiales como también las organizaciones no gubernamentales y especialmente las de la sociedad civil. Una de las misiones más importantes de Radio Nederland es contribuir a una mejor comprensión de la legislación holandesa.

En el extranjero existen muchos malentendidos, por ejemplo, sobre la política de la tolerancia de la droga blanda, de la eutanasia, del aborto, por mencionar sólo algunos. Radio Nederland pretende reflejar el amplio debate que se produce en la sociedad sobre estas materias y los mecanismos que permiten legislar acerca de estos complejos asuntos.

Otro de los objetivos que persigue la emisora es aportar al ofrecimiento de una imagen más real tanto de los latinoamericanos como de los europeos, para fomentar una relación cualitativamente superior a la que hoy existe entre ambas regiones.

La revitalización de la agenda conjunta contribuiría a mejores comprensiones mutuas. Una tarea esencial en un momento en que la Unión Europea está potenciando su política exterior en campos como los Derechos Humanos, la resolución pacífica de conflictos, la participación en misiones de paz. A la vez, Europa tiene establecido con América Latina un diálogo político permanente que en el 2006 se ha ampliado a temas como las migraciones.

Precisamente, las migraciones son uno de los mayores campos potenciales a explorar en las nuevas relaciones entre América Latina y Europa y, en este caso, entre RNW y sus radios asociadas y las sociedades civiles de los dos lados del Atlántico.

Las migraciones generan una serie de fenómenos económicos (las remesas), culturales, sociales y políticos a los que una radio moderna y con voluntad internacional debe responder. Bancos y compañías telefónicas han puesto en marcha servicios bancarios que unen la seguridad y legalidad de las remesas a planes de ahorro y cooperación al desarrollo. Las compañías de teléfonos en España alquilaron plazas de toros e instalaron pantallas gigantes para que los inmigrantes de Ecuador, Perú y otros países pudiesen seguir los partidos del Mundial de fútbol en Alemania.

Los inmigrantes, a la vez, sufren el desarraigo y diversos problemas familiares y sociales a los que RNW ya ha atendido puntualmente y debe responder de forma sistemática. El próximo capítulo está dedicado a las actuales relaciones entre América Latina y Europa, vistas desde la perspectiva de Radio Nederland Wereldomroep. AMÉRICA LATINA: PERCEPCIONES Y CAMBIOS: LA "BRECHA DE PERCEPCIONES" Y EL DESCONOCIMIENTO MUTUO La Cumbre Unión Europea-América Latina, celebrada en Viena en mayo de 2006, parece confirmar las predicciones más escépticas, que alegan que la "Diplomacia de Cumbres" sólo sirve para dar visibilidad a los líderes, y no hay resultados prácticos ante los graves problemas que afrontan las sociedades latinoamericanas. Un examen de los resultados de la Cumbre muestra más sombras que luces.

No se logró avanzar en la negociación del Acuerdo de Asociación y Libre Comercio entre la UE y Mercosur, paralizada desde hace años por razones que van desde la crisis de este grupo hasta la resistencia de la UE a abrir su mercado a las exportaciones agrícolas de Mercosur, y de Brasil a abrir su sector industrial y de servicios. Se firmará un acuerdo entre la UE y Centroamérica, pero ello no es todavía posible con la Comunidad Andina de Naciones, inmersa en plena la crisis, causada por la firma de acuerdos bilaterales de libre comercio con Estados Unidos por parte de tres países del grupo, y por la retirada de Venezuela. La propuesta de creación de un nuevo "fondo de solidaridad birregional" fue descartada por una UE reacia a asumir mayores compromisos financieros con América Latina. Pero el hecho más preocupante que mostró la Cumbre de Viena, al igual que su cobertura a través de los medios de comunicación, es la brecha que se está abriendo en las percepciones y las visiones de cada región respecto al "otro".

Los resultados de distintos estudios y de algunas encuestas de opinión también revelan que esas percepciones tienden a convertirse en estereotipos que marcan y distorsionan la visión y las informaciones, y a veces contribuyen a bloquear el diálogo y la cooperación. Por una parte, en Europa se ha propagado una visión estereotipada que podría resumirse así:"América Latina ha fracasado y es presa de crisis de gobernabilidad y de populismo. Pusimos muchas esperanzas en que surgiera con fuerza en la escena mundial esta especie de "Occidente lejano", pero parece que hasta los propios latinoamericanos ponen en duda su viabilidad económica, política, y sus potencialidades como sujeto internacional. América Latina pide una "relación especial" con Europa pero no hace sus propias tareas. Por todo ello la atención que se debería prestar a la región debe ser relativa, dado que otras regiones están mucho peor y necesitan más nuestra ayuda, o bien son más relevantes para los intereses europeos.

En suma, no hay que perder demasiado tiempo con América Latina porque sólo nos traerá frustraciones". Al tiempo, en América Latina aparece con fuerza una visión estereotipada que se resumiría así: "Europa nos ha defraudado. Los latinoamericanos pusimos muchas esperanzas en Europa y en concreto en el "modelo económico y social europeo", pero parece que ni siquiera existe tal modelo, y si existiera, los europeos no sabrían cómo compartirlo con nosotros.

La UE tiene un discurso más atractivo que el de Estados Unidos, pero en el fondo no ofrece nada especial ni diferente. Cuando hablamos de temas que les complacen, como la cohesión social, los europeos están satisfechos porque les gusta darnos lecciones, pero cuando pedimos que abran sus mercados sólo presentan excusas. Dejemos de poner nuestras esperanzas en la llamada "alternativa europea", y seamos realistas".

Estas percepciones e imágenes son relevantes porque, aunque puedan partir de algunos hechos reales, son estereotipos que pueden distorsionar las relaciones. Además, en la medida que conforman los "mapas mentales" de la opinión pública y de los responsables políticos e influyen en sus decisiones, pueden terminar siendo una "profecía autocumplida", dañina para la comprensión y las relaciones mutuas. En realidad, lo que ocurre es que ambas regiones están cambiando y atraviesan un momento de crisis y de reformulación de sus modelos políticos, económicos y sociales, así como de sus esquemas de integración, y se ha abierto un vacío de conocimiento y comunicación que se está llenando con prejuicios y malentendidos. América Latina no ha sido capaz de comprender y adaptarse a una UE que afronta las exigencias de la ampliación y la política de vecindad, la crisis constitucional y las dificultades para mantener el "modelo" económico y social europeo, y que no logra afirmarse como el "actor global" que está llama-do a ser. Por otra parte, los europeos parecen no comprender el nuevo ciclo político y las transformaciones estructurales que atraviesa América Latina, con procesos electorales que han llevado al poder a gobiernos que representan distintas opciones y que cuestionan un "consenso de Washington" que tras dos décadas de aplicación no ha logrado satisfacer las demandas sociales de mayor bienestar y equidad. La región, además, afronta la crisis del "regionalismo abierto" como modelo de integración regional y se plantean nuevos "mapas" de la integración latinoamericana. Aparecen nuevos liderazgos (en Brasil, Venezuela, Argentina...), y la región se debate entre las ofertas de libre comercio de Estados Unidos, o nuevos proyectos como la Comunidad Sudamericana de Naciones. Esos cambios tornan obsoletas las estrategias vigentes, que fueron trazadas hace años, y ello explicaría por qué ha sido difícil llegar a acuerdos concretos. Sin embargo, ello no constituye la prueba de que la relación entre América Latina y la UE sea irrelevante o que haya fracasado. En todo caso, muestran que la relación ha de establecerse sobre un conocimiento más ajustado respecto a esos cambios; que ambas regiones tienen que resolver sus propios dilemas respecto a su modelo de integración y su papel en las relaciones internacionales; y que es necesario trazar nuevas estrategias. En todos estos aspectos, el papel de los medios de comunicación es crucial. Una información precisa, entre la UE y América Latina, puede contribuir a mejorar la comprensión y el entendimiento, evitar visiones estereotipadas y favorecer así la adopción de políticas ajustadas a las realidades, intereses y necesidades de europeos y latinoamericanos. UNA VISIÓN DE LOS CAMBIOS EN AMÉRICA LATINA La América Latina de 2007 es, en muchos aspectos, muy distinta de la que emergió a principios de la década de los noventa, que proyectó una imagen prometedora y esperanzada. El contexto internacional era favorable y la región vivía procesos de consolidación democrática y de recuperación económica. La caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría posibilitaron nuevas opciones como el "regionalismo abierto", vale decir, variantes de una manera estructurada para desarrollar proyectos de integración y diversificar los vínculos externos frente al proceso de globalización. Esta tendencia dominante contaba con el respaldo de amplios sectores políticos y económicos y parecía marcar el camino a una mayor prosperidad mundial. Para América Latina, este periodo marca el clímax del "Consenso de Washington" que abogaba por la liberalización y una reducción del Estado para situar al mercado y a la competencia como motores centrales del desarrollo. En ese contexto se dio prioridad a acuerdos de libre comercio, y se llevaron a cabo algunos de los primeros casos de acuerdos amplios entre países ricos y países en desarrollo (por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte/TLCAN). El modelo económico y las tendencias subyacentes de estos tratados promueven la reubicación de las cadenas productivas de los países industrializados, lo que conlleva a un aumento notable en las inversiones directas en el extranjero. En América Latina reina un moderado optimismo sobre la prevalencia del sistema democrático, y se empieza a abordar la necesidad de reformar los Estados. Gracias a las mejoras en las tasas de crecimiento se logró reducir levemente los índices de pobreza. Para sectores no afectados por este dinamismo se pusieron en marcha una serie de políticas compensatorias como los fondos de inversión social. El favorable desempeño de la economía mundial colabora para que las economías de América Latina y el Caribe atraviesen una coyuntura de elevado crecimiento. De esta forma, se espera que la región crezca 5% este año 2007 y 4,6% en 2008, después de haber crecido un 5,6% en 2006. Así lo señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en su informe Estudio económico de América Latina y el Caribe 2006-2007. Según el documento, de confirmarse los pronósticos hasta 2008, la región finalizará seis años de crecimiento consecutivo -desde 2003-, en los que el producto por habitante acumulará un aumento de 20,6%, equivalente a un alza promedio de más de un 3% anual. Este panorama positivo en materia de actividad económica permitió además una mejora en el mercado del trabajo. No sólo disminuyó la tasa de desempleo regional, de un 9,1% en 2005 a un 8,6% en 2006, sino también mejoró la calidad de los puestos de trabajo. Otro aspecto positivo destacado por el informe es la disminución de la vulnerabilidad de los países de la región, gracias a una sensible reducción del peso de la deuda externa, tanto en relación con el PIB (de 26% a 22%) como con las exportaciones regionales (de 101% a 84%), y a un aumento de sus activos de reservas internacionales de alrededor de 57.000 millones de dólares. Según la CEPAL, es posible mantener un cauto optimismo para el futuro cercano, debido a la evolución mostrada por la economía internacional y a la relativa fortaleza que muestran las economías de la región. No obstante, se observa con preocupación el reciente aumento de la volatilidad de los mercados financieros internacionales. AMÉRICA LATINA EN TRANSICIÓN: NUEVOS CICLOS POLÍTICOS Más de diez años después de esa década de los 90, el mundo es un lugar muy distinto. El tema central en este momento es cómo situarse frente a las amenazas a la seguridad internacional que provienen del terrorismo o los "Estados bribones" (rogue states) con posible acceso a armas de destrucción masiva. Si a mediados de los noventa hubo cierto consenso en cuanto a las visiones del orden internacional, esta etapa está marcada por el disenso. En este periodo se pone en cuestión el multilateralismo a todos niveles debido a la crisis de Naciones Unidas frente a la operación militar en Irak liderada por Estados Unidos en 2003, pero también por la falta de avances en negociaciones comerciales globales y en la "nueva arquitectura financiera" internacional, denunciadas permanentemente por el movimiento alter-globalización que surgió a fines de los noventa. Este cuestionamiento al multilateralismo no favorece al regionalismo, sino a nuevas formas de organización -más informales e inestables- como pueden ser las "coaliciones de los dispuestos" (coalitions of the willing), o el "Grupo de los 20" (G-20) en la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio, OMC, de Cancún. Este último fenómeno refleja la emergencia y/o el activismo internacional de potencias medias en las regiones del Sur y en los países emergentes o "BRIC" como nuevos actores a tomar en cuenta en la escena internacional. Si hacía una década el Consenso de Washington estaba en su mejor momento, ahora prácticamente todos hablan del "post Consenso" (aunque ello se define de diferentes maneras, desde aquellos que abogan por más reformas hasta otros que tienen planteamientos totalmente opuestos), en importante medida por el fracaso del paradigma dominante para impulsar el desarrollo. Entre 1998 y 2002 América Latina vivió, de hecho, un "quinquenio perdido", con una tasa de crecimiento del PIB per cápita similar a la del "decenio per-dido" de los ochenta, a pesar de tantas reformas económicas y la entrada de grandes cantidades de inversiones en la segunda mitad de los noventa. Las crisis financieras que la región vivió en 1994-95 (México), 1998 (Brasil) y 2001 (Argentina), entre otras, plantearon como imperativo político abordar el problema de la volatilidad del sistema financiero internacional y la búsqueda de una "nueva arquitectura financiera internacional". Este estancamiento lleva a que los procesos de integración en América Latina sufran diversas crisis. Uno de los efectos y a la vez causas de esto es el aumento del "neo-nacionalismo económico" en la región, fomentado por algunos líderes políticos. Un ejemplo de ello es el proyecto, todavía incipiente, de Petroamérica, promovido por Venezuela. Evidentemente, estas tendencias podrían repercutir en una caída significativa en los flujos de inversión directa hacia Latinoamérica, aunque se compensa en parte por la entrada en escena de China, cuyas compras de materias primas "salvan" temporalmente a varias economías regionales. El año 2005 también ha sido el "año de desarrollo" debido a todos los esfuerzos internacionales para atender los compromisos de la Cumbre del Milenio. Hay un interés marcado por apoyar a los países más pobres para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, con distintas iniciativas anunciadas. Los Estados miembros de la UE se han comprometido a aumentar su AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) para llegar -en el caso de los "antiguos" miembros- al 0,7% para 2015. El tema central de los ODM, la lucha contra la pobreza, es válido para América Latina, porque no se ha logrado reducir el número de personas pobres, aunque en algunos países haya bajado la proporción relativa. Lo que es más grave es que no hay avances en la reducción de la desigualdad, y de hecho se produce una convergencia negativa entre países que no tenían tasas tan altas y aquellas que siempre eran muy desiguales. Por esto, la agenda de la cohesión social -que es un concepto más amplio que el de "lucha contra la pobreza"- pasa a estar en primer lugar entre las preocupaciones nacionales. El contrato social que hizo posible la construcción del Estado de Bienestar en Europa, no tuvo lugar en América Latina. Sólo en algunos países, básicamente en aquellos de urbanización temprana, se produjeron procesos parciales de protección social que lograban incluir a sectores medios y populares urbanos con alta capacidad de presión. Las discriminaciones sociales, étnicas y de género mantenían la exclusión de amplios sectores de la población. En consecuencia, la desigualdad de ingresos que caracteriza a América Latina no es producto del desarrollo reciente de la región ni de la globalización, sino que ha convivido con todos los modelos de desarrollo latinoamericanos de los últimos 200 años. En el ámbito político, América Latina vive un periodo complejo. La insatisfacción social con las reformas económicas de inspiración neoliberal, la persistencia de la pobreza y la desigualdad, el "mal gobierno", la corrupción, la ineficacia y la falta de independencia de la justicia, la inseguridad ciudadana, entre otros muchos problemas, explican la preferencia de los electores por opciones programáticas y por líderes progresistas. Emergen opciones de corte socialdemócrata o socialista, al tiempo que aparecen gobiernos con tendencias populistas y nacionalistas, y la región presenta distintos liderazgos (Venezuela, Brasil, Argentina...) que a su vez reflejan estrategias diferentes de integración regional. No obstante, las sociedades civiles parecen tener cada vez más voz en la política, aunque los sistemas de partidos se mantienen débiles y la democracia, según las encuestas del "Latinobarómetro", no logra afianzarse. No es ajena a esta realidad la pesada herencia de la discontinuidad democrática que exhibe históricamente la región. ESCENARIOS DE FUTURO: "AMÉRICA LATINA 2010" ¿Cómo interpretar esos cambios? América Latina atraviesa un nuevo ciclo político y económico, en un contexto internacional que también parece encontrarse en un proceso de cambios acelerados. El presente es incierto y hay distintos futuros posibles en América Latina en el 2010. Como en todo ejercicio de modelos, estos escenarios "América Latina 2010" son polos extremos, siendo probable que haya muchos escenarios intermedios. En cualquier caso, la construcción de estos "futuros posibles" es relevante porque permite anticipar hechos y tendencias y definir agendas de información, análisis e investigación, y opciones de política para aquellos que habrán de adoptar decisiones. Los escenarios se organizan en términos del grado de cohesión intra-regional existente. En un extremo se encontraría la "América Latina fragmentada", lo que supone una región poco relevante en la escena internacional (sin perjuicio de que algunos de sus miembros puedan serlo individual-mente). En el otro lado estaría la "Comunidad Latinoamericana", simbolizando la emergencia de un actor internacional más integrado y cohesionado. "AMÉRICA LATINA FRAGMENTADA" Por un lado, el escenario de "América Latina fragmentado" podría ser el resultado de varios factores, incluyendo: La intensificación de la presencia de fuerzas centrífugas en la región: las opciones neopopulistas que aparecen en algunos países puede favorecer el nacionalismo excluyente, la búsqueda de culpables en países vecinos, etc. El intento de Brasil de imponer un liderazgo hegemónico llevaría a un fuerte rechazo en otros países, debilitaría al propio Mercosur y haría que otros países se alejen del proyecto de la Comunidad Sudamericana de Naciones, haciendo que éste no prospere, o sea puramente formal. El ALCA "por trozos" -mediante acuerdos separados con grupos de países latinoamericanos y caribeños- alentaría esta tendencia a la fragmentación. Asimismo, la Ronda de Doha no logra avanzar tras la reunión de Hong Kong, ni hay avances serios en la Reforma de Naciones Unidas, lo que contribuiría a un mayor escepticismo sobre el valor del multilateralismo. La agenda internacional de seguridad mantendría a América Latina alejada de los intereses globales. Se potenciaría la tendencia de que cada país concentre sus esfuerzos en bus-car salidas propias, y aumentarían las presiones para competir individual-mente por mercados, energía, etc. Si existe una realidad latente que incide en el éxito de la Comunidad Andina de Naciones, esa parece ser la serie de conflictos binacionales históricos que siguen vivos; el conflicto armado en Colombia, o las tensiones que enfrentan a Caracas con Washington o Bogotá. La entrada de Venezuela en Mercosur y su retirada de la CAN, son algunos de los hitos que incidirían en cualquier iniciativa de integración. De igual manera, los TLC bilaterales con Estados Unidos contribuyen a debilitar la CAN sin fortalecer al Mercosur.

Es posible que siga esta tendencia, con un estancamiento del proceso de integración, con retrocesos en algunos ámbitos, como la unión aduanera, una notable falta de liderazgo político, y la aparición de graves divisiones internas para las cuales no existen mecanismos institucionalizados de resolución. En este escenario, la Comunidad Sudamericana de Naciones sería la expresión, en el mejor de los casos, de una estrategia de "ampliación" antes que de "profundización" de la integración sudamericana, que se vería seriamente afectada por la crisis de sus dos pilares institucionales: Mercosur y la CAN. No obstante el 14 de junio del 2007, en Tarija, Bolivia los países integrantes de la CAN dieron un paso significativo para alumbrar una profundización y renovación de la integración regional, incluido el capítulo de la reincorporación de Chile después de más tres décadas de ausencia. Asimismo, en esta cumbre comenzaron las negociaciones con la Unión Europea para alcanzar un Acuerdo de Asociación Integral. Este panorama podría verse afectado por nuevas crisis financieras ante las que, como en el pasado, primarían salidas individuales, sin que muchos países tengan la capacidad de enfrentarse a ellas sin grandes costes económicos y sociales. Además, la región, aunque ha experimentado un mayor crecimiento económico en los últimos años, no alcanzaría tasas elevadas de manera sostenida, con lo cual no lograría ni reducir la pobreza ni avanzar suficientemente hacia el logro de los ODM.

Esta situación es a la vez causa y consecuencia de que se mantuvieran relativamente estancadas las inversiones extranjeras. En el ámbito político, se confirmaría la división entre "América Latina Norte" y América del Sur, con el primer conjunto alineándose, pragmáticamente, con Estados Unidos, y el resto optando por un proyecto poco realista de integración sudamericana. Dentro de algunos países, la inestabilidad institucional se convierte en pauta normal, en especial en el área andina, y no se logra resolver el conflicto armado colombiano, lo que conlleva tensiones permanentes con su vecino, Venezuela. El movimiento de América Latina hacia la izquierda se traduce en un mayor énfasis en las políticas sociales, pero en muchos casos se trata de políticas de corte asistencial funcionales a opciones políticas populistas o de clientela, que no pueden producir avances estructurales en la inclusión social y la reducción de la desigualdad. Por el contrario, se intensifican los conflictos sociales, que se hacen cada vez más violentos, y junto con la inseguridad ciudadana, son fenómenos que contribuyen a una creciente alienación entre la población latinoamericana. LA "COMUNIDAD LATINOAMERICANA" El escenario de "Comunidad Latinoamericana" podría producirse por una serie de factores, incluyendo los siguientes: La potenciación de los esquemas subregionales, en parte como resultado del apoyo de la Unión Europea, pero especialmente por un mayor compromiso de sus países miembros, con protagonismo creciente de los actores sociales y económicos a través de procesos de "regionalización desde abajo". El proyecto de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) se va convirtiendo en realidad, al menos en algunos ámbitos concretos como la integración de la infraestructura física y energética, complementando los avances subregionales y contribuyendo a mayores conexiones reales.

La Ronda de Doha avanzaría seriamente tras el impasse de Hong Kong, y prosperan iniciativas en materia de fuentes financieras alternativas para el desarrollo. La agenda internacional de seguridad perdería importancia, dejando mayor espacio para otros temas como el desarrollo. La comunidad internacional decidiría apoyar más fuertemente a los países de renta media, por el reconocimiento de su importancia en términos de población, su posible contribución al multilateralismo y a la provisión de algunos bienes públicos globales, y su vulnerabilidad ante los vaivenes de la economía mundial, entre otros aspectos. Gracias a estos elementos y otros -continuación del ciclo expansivo en las economías asiáticas que alienta las exportaciones de la región, los precios elevados de las materias primas y el aumento del comercio intrarregional-, América Latina lograría impulsar su crecimiento económico a tasas relativamente altas y sostenidas, lo que le permitiría avanzar hacia, e incluso en algunos casos superar, las metas de los ODM. En paralelo, se pondrían en marcha iniciativas de envergadura para tratar seriamente el problema de la desigualdad, con resultados iniciales positivos, lo que favorecería un entorno de creciente estabilidad política, legitimidad democrática, y consenso social. Esta mejora se vería respaldada por un retorno significativo de las inversiones extranjeras, que, además, tenderían a concentrarse en mayor medida en sectores productivos, contribuyendo a la generación de empleos y a reducir la emigración.

También favorecería este clima el repunte en los distintos proyectos de integración, así como otras iniciativas transregionales. Se darían avances concretos en la construcción de la Comunidad Sudamericana de Naciones, que contribuye a lograr una mayor concertación de las políticas exteriores e internas. Junto al Grupo de Río y la Comunidad Andina, se lograría impulsar definitivamente el proceso de paz en Colombia, con participación de otros países de la región ("a la Contadora"). Incluso hay pasos en las relaciones entre Bolivia y sus vecinos Perú y Chile gracias a un acuerdo para darle una salida al mar, con apoyo de organismos multilaterales y del Mercosur, fortaleciendo el papel político de este grupo regional. En el ámbito político, las tendencias hacia la inestabilidad actual se irían desvaneciendo. La mayor atención hacia la cohesión social -entre otras razones porque repercute en la mejora de la eficacia de las políticas públicas- contribuye a reducir la situación de inseguridad ciudadana, redundando en mayor satisfacción y apoyo a las instituciones democráticas.

Las tendencias presentes en la región apuntan a que el primer escenario sea el más probable, en particular en el área andina. Por el contrario, que se materialice el segundo escenario requiere un compromiso serio con políticas acertadas, con los esquemas de integración, un contexto internacional que sea favorable, y políticas mejor informadas por parte de los socios externos, como la Unión Europea. Por ahora uno de los desafíos más acuciantes es la generación de mayorías políticas que sean la base de gobiernos estables y eficientes capaces de convivir con oposiciones con sentido de Estado.

Pero todo ello no será posible si continúan extendiéndose las percepciones estereotipadas y la falta de información entre la sociedad de la región y en el con-junto de los actores externos. LA MIRADA DISTINTA COMO ESENCIA DE DIVERSIDAD DEMOCRÁTICA. ¿Qué relación hay entre la fragilidad de la democracia y la situación de los medios periodísticos en América Latina? Si bien la concentración económica de los medios en los países democráticos industrializados es una tendencia muy fuerte, esa misma concentración en democracias frágiles puede tener efectos muy diferentes. Según un estudio realizado por el Instituto Prensa y Sociedad, en América Latina se registra un alto nivel de concentración de medios de comunicación, de industrias culturales y de industrias de telecomunicaciones. Casi todos los países reconocen un índice superior al 80/100. En el caso de telefonía básica (donde la presencia de los dos principales operadores llega al 100% del mercado), televisión abierta, televisión de pago y prensa escrita, el índice de concentración supera el 75/100 en promedio. La industria cultural menos concentrada es la radio, con promedios del 40/100 de dominio de mercado por parte de los cuatro principales operadores. Este hecho positivo puede ser reforzado con el apoyo decidido a las emisoras de la región. Es la ocasión para ofrecerles una programación complementaria a la propia, que cubra aspectos y análisis que no forman parte habitual del esquema de transmisión de esas estaciones. De hecho, las radios latinoamericanas están naturalmente orientadas al quehacer nacional y local. De esa forma los contenidos del exterior corren, en buena medida, por cuenta de las estaciones internacionales. En todos los países la concentración en telecomunicaciones es mayor que en medios de comunicación. No obstante, las cifras de concentración de los medios son alarmantes por la incidencia que esta homogeneización tiene sobre la diversidad y el pluralismo.

Es obvia la constatación de que no hay un ambiente de pluralidad de fuentes de comunicación en la región. La integración de los principales grupos tiende a crear conglomerados de multimedia asentados sobre una estrategia comercial en los propios medios de comunicación y orientados a incidir en las industrias culturales. Las industrias de mayor importancia económica son: las telecomunicaciones, la televisión abierta y la televisión de pago, y la prensa escrita. La radio, el medio más "diverso", es el menos relevante económicamente. La presencia de un discurso hegemónico, la búsqueda de aprovechar la globalización para hacer prevalecer una visión única de la historia y de la cultura, son pretensiones fuertemente resistidas. Es precisamente el contar con una "potencia tranquila" como la de la Unión Europea, y la mirada particular de los Estados que la componen, lo que garantiza de alguna manera la diversidad democrática y de expresión sobre la realidad de nuestro tiempo. Es esa diversidad la premisa indispensable para garantizar un auténtico diálogo sobre los temas cruciales del nuevo siglo. Nuestro director Jan Hoek acostumbra a decir que muchos medios de comunicación tienen clientes, y Radio Nederland Wereldomroep tiene oyentes. Pese a todo, en el horizonte también aparecen evoluciones dignas de ser destacadas por sus fines democráticos y por la proyección continental que pueden despertar.

El martes 5 de junio de 2007, la Cámara de Representantes de Uruguay aprobó por amplia mayoría, 49 votos en 59 presentes, un proyecto de ley que regula y reconoce la existencia de un tercer sector en la radiodifusión: la radio y TV comunitaria, que será ofrecida por asociaciones civiles sin fines de lucro. En la ley se destaca el reconocimiento de que la radiodifusión es "un soporte técnico para el ejercicio, preexistente a cualquier intervención estatal, del derecho humano a la libertad de expresión y la libertad de información".

El espectro radioeléctrico será considerado como "un patrimonio común de la humanidad sujeto a administración de los Estados y, por tanto, el uso equitativo a las frecuencias de toda la sociedad uruguaya constituye un principio general de su administración". El texto de la ley define a las radios y televisoras comunitarias como servicios "no estatales de interés público, prestado por asociaciones civiles sin fines de lucro" y orientado a "satisfacer las necesidades de comunicación social y habilitar el ejercicio del derecho a la información y libertad de expresión de los habitantes de la República". La ley establece por primera vez en Uruguay el otorgamiento de frecuencias por concursos abiertos, transparentes, públicos y no discrecionales, previa audiencia pública, y establece, en consonancia con las recomendaciones de la OEA al respecto, una reserva del espectro para medios comunitarios y otros no comerciales. Sin embargo, para dar transparencia al uso de dichos recursos y evitar que se desvirtúe el sentido no lucrativo de las emisoras, se exige que "la totalidad de los recursos" deberá ser "invertida en el funcionamiento y mejoras en la prestación del mismo y el desarrollo de los objetivos del Servicio de Radiodifusión Comunitaria". Estarán obligadas a realizar auditorías periódicas para su efectivo control. Otra innovación importante de la ley es la creación de un Consejo Honorario Consultivo, integrado por una mayoría de miembros de la Sociedad Civil y universidades públicas y privadas, junto a representantes del Estado, que observarán y participarán de todo el proceso de otorgamiento y renovación de las frecuencias.

Aunque no es un órgano que tome decisiones, su creación aumenta los grados de transparencia y control ciudadano de la gestión del Estado en un tema tan sensible para la libertad de expresión. En resumen, definición inequívoca para los medios comunitarios, espectro radioeléctrico como patrimonio común, otorgamiento y renovación más transparente y menos arbitrario de las frecuencias, y creación de un Consejo Nacional plural que limita la autoridad hasta ahora exclusiva del poder ejecutivo en estas decisiones sobre el espacio radio eléctrico, lo que fortalece los mecanismos democráticos nacionales. La otra experiencia cuya importancia trasciende las fronteras nacionales es el recurso de inconstitucionalidad presentado por 47 legisladores mexicanos ante la Suprema Corte de Justicia contra las reformas a las leyes federales de Radio, Televisión y de Telecomunicaciones conocidas como Ley Televisa. En mayo del 2007 la Suprema declaró inválidos algunos artículos del proyecto de ley. Asimismo, el Congreso aprobó seguidamente una reforma electoral que en relación con los medios de comunicación reduce el tiempo de las campañas, entrega la utilización de los tiempos del Estado para la difusión equilibrada de propaganda partidaria, lo que limita la contratación de anuncios o spot o espacios comerciales. Los empresarios mediáticos han manifestado su indignación por estas directrices que los afectan económicamente El Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información es Javier Corral, ex Senador por el Partido Acción Nacional, PAN, de 2000 a 2006, hombre que ha dedicado parte de su carrera política a la necesidad de la democratización de la información. En conversación con Radio Nederland en Ciudad de México, entrevista de la que, a continuación, reproducimos un resumen, Corral recalcó que el fenómeno comunicacional es similar en América Latina, no sólo en términos de la concentración de la propiedad en pocas manos sino en el aprovechamiento que esos monopolios han hecho del fenómeno de convergencia tecnológica al transformarlo en instrumento para reforzar su poder mediático y concentrador.

Por supuesto, atajar esa dinámica de sustitución que ejercen los poderes fácticos como el de la televisión frente a los poderes constitucionales es un referente que puede ser imitado en otros países y que con las características propias del Derecho Constitucional de nuestras naciones debe ser atajado. La Corte mexicana ha sentado un precedente en el tema de conversión tecnológica, porque se ha seguido el mismo modelo de digitalización y convergencia de muchos países y ha devenido en el reforzamiento del esquema de concentración más que en la posibilidad de ampliar la oferta comunicacional, hacer más grande la cancha para que haya más jugadores, aprovechar la innovación tecnológica precisamente para abrir la oportunidad a la diversidad cultural, a la probabilidad política de nuestros países. Creo que sí es un referente porque el fenómeno es idéntico en diversas partes de la región, se generan diseños legales a la medida de los intereses de los grandes concesionarios de la televisión. Incluso este tema de la convergencia y de la digitalización pareciera ser un asunto que debe resolverse sólo entre concesionarios y autoridades... y los medios públicos o las organizaciones sociales, los grupos que actúan en torno de la defensa de los derechos humanos y, particularmente, del derecho a la comunicación, están ausentes. Por lo demás se quiere reducir este fenómeno a un mero aspecto técnico y a un asunto tecnológico, en donde los aspecto social, político, cultural, educativo, no están contados. El que la Corte haya rechazado un modelo de convergencia tecnológica como el que había planteado la ley Televisa - que así se conoció por ser obra confesa de esta empresa de televisión - es una esperanza para América Latina toda, sienta precedente. Nosotros teníamos la gran preocupación de pensar que la ley Televisa se fuera a transformar en un referente legislativo para América Latina, porque en muchos sentidos nuestros países, unos con otros, son referentes de estos procesos y tenía esa carga, verdad, de ser mal ejemplo. Bueno, pues, ahora debo decir que en materia de acción de inconstitucionalidad, la Corte mexicana puede ser un buen ejemplo frente a este fenómeno. José zepeda. Ud. sabe que cuando un pobre de América Latina entra a un predio ajeno y se roba una gallina va preso y seguramente lo van a condenar. Pero, los dueños de monopolios de comunicación no son ese pobre de América Latina y generalmente tienen la tendencia natural a pensar que se ha perdido una batalla pero no la guerra. Con otras palabras: ¿no se puede revertir todavía este proceso? Javier corral. Pienso que la dinámica del rescate de la soberanía del Estado frente a este poder fáctico, ha tomado una ruta muy decorosa, muy digna en nuestro país, porque de lo que la Corte ha resuelto sobreviene una acción legislativa de hondo calado que a través de una reforma constitucional ha establecido las bases de un nuevo modelo de comunicación social y política para México que, de alguna manera, genera una nueva relación entre medios de comunicación, partidos políticos, gobierno y sociedad. Fruto de la sentencia de la Corte que estableció no sólo un referente para América Latina sino un ejemplo para los propios poderes constitucionales en México, se ha dado una reforma al modelo electoral mexicano, fundamentalmente en lo que tiene que ver con medios de comunicación. De esta forma se limita esta relación estrictamente mercantil de medios y política, a través de lo que se conoce como la dictadura del spot en la que se encierra a las contiendas electorales. La reforma es restrictiva, digámoslo de esta manera, pone en vigencia una prohibición total a la compra de spot de radio y de televisión en el sistema concesionario del país... Con lo cual estos grandes medios pierden millones... ...

Pierden miles de millones de pesos porque nuestro país, del gasto electoral destinado a campañas electorales, usaba el 64 por ciento para destinarlo a la compra de espacios de propaganda electoral en medios electrónicos. Por supuesto que representaba una aberración en una nación con tantas disparidades, con tantos rezagos, con tantas necesidades sociales urgentes. El mayor negocio privado con recursos públicos, porque la explotación de un bien del dominio de la nación como es el espectro eléctrico, una buena parte de la operación la financiaban con los recursos públicos destinados a la construcción de la democracia, y esta cantidad hoy se ha resuelto transferirla a otros pro-gramas para que los partidos políticos tengan acceso a la radio y a la televisión pero sólo a través de los tiempos que el Estado tiene establecidos en los medios como contraprestación al uso de un bien público nacional. Por supuesto se pierden ingresos muy importantes para ellos pero, más que el ingreso, y esto hay que decirlo con toda claridad, lo que se les ha afectado es una relación extraordinaria de poder que generaban a través de este acto de contratar la publicidad e incluso de determinar tarifas diferenciadas según las conveniencias, las afinidades, la facultad de premiar o castigar con tarifas discriminatorias. Y en esa relación de la contratación de la política y de los medios, se perdían muchas cosas, no sólo la independencia, la autonomía de quienes aspiraban al poder público en el pago de facturas por el trato recibido, sino, la política estaba cayendo en una zona de estricta relación comercial con los medios y junto con eso se condicionaba la cobertura informativa.

Esta relación de influencia y de poder que ellos tenían establecida con la política les permitía no únicamente detener o influir en proyectos informativos que los beneficiara, sino también actuar en otros ámbitos de las decisiones públicas, como son los ámbitos judicial, administrativo, y legislativo. Comprenderá que se ha dado un acto liberador de la política mexicana. Yo digo que es un acto de emancipación de la clase política porque permite tener una visión de mucha más perspectiva en el horizonte para tratar varios temas que el legislador debe hacer propios y en los que la televisión actuaba como una presión no sólo de sus propios intereses, sino haciéndose cómplice del status quo. En ese sentido la reforma continúa esta ruta. Creo que difícilmente podríamos retroceder, o que frente a las decisiones tomadas la televisión pueda asumir un papel de mayor fortaleza. Hubiera sido, efectivamente, un efecto contrario si no se legisla en estos temas, si no se corrige la ley, si no se estuviera hoy planteando una renovación total de la ley de radio y televisión, entonces sí estos medios hubiesen adquirido una influencia mayor, porque se hubiera reforzado la idea de poder intocable. Hoy no. Se demuestra al país que estos poderes fácticos no son intocables, no son definitivos, que el Estado es necesario, y que sin afectar libertades, el Estado puede y debe recuperar soberanía en una materia como esta, rectoría estatal, sin suplantar tam-poco la iniciativa de los particulares en lo que le es propio en los medios como su intermediación en términos de información y de comunicación. Si evoluciona exactamente el proceso como usted lo señala, es decir, en el establecimiento de bases sólidas para una legislación adecuada en un ámbito democrático, esto debería traducirse en el día de mañana en un cambio de mirada sobre los contenidos.

Hemos sido muy cuidadosos en el tema de la legislación sobre contenidos. Sí creemos que la ley de radio y televisión debe actualizar los criterios sobre los cuales debe desarrollarse el servicio público de radiodifusión. Incluso pensamos que la gran reforma de la ley de radio y televisión tiene que ver con reubicar exactamente cuál es el objetivo de la radiodifusión. La ley mexicana siguió el modelo norteamericano para regular una actividad de interés público y no un servicio público. De regular una actividad de interés público a regular un servicio público hay un mundo de diferencia: un servicio público tiene que, en primer lugar, garantizar su cobertura a todos los ciudadanos y tiene que responder a los intereses sociales, a los intereses de los gobernados y hacia allá deben dirigirse los contenidos. Más que una ley que diga qué puede o no decir la televisión, queremos una legislación que ciña el servicio público de radiodifusión, esté en manos de entes públicos o en manos privadas, hacia el desarrollo democrático, el respeto de la pluralidad, el respeto a la niñez, que contribuya con valores fundamentales como la familia, célula básica de la sociedad, que la ley marque una serie de objetivos que contribuyan al desarrollo nacional, el respeto por el lenguaje, por las tradiciones, el respeto por las instituciones del país. Y, en ese sentido, sí debe haber una modernización de los objetivos de esa radiodifusión y luego sentar con toda claridad un sistema, una clasificación horaria adecuada para la transmisión de determinados contenidos, de tal manera que esta clasificación horaria se ligue a verdaderas sanciones cuando sea incumplida por los concesionarios, incluso que ello tenga que ver con la posibilidad o no de refrendo de sus concesiones.

Este es uno de los temas que tendrá que ser revisado por el Congreso. Dentro de los contenidos, por ejemplo, es fundamental que la ley asegure la posibilidad de que las frecuencias de televisión abierta puedan ser retransmitidas abierta e íntegramente por sistemas de televisión restringidas en el país, cosa que hoy no sucede. Y entonces la producción de contenidos se convierte en uno de los ejes del monopolio o del "duopolio televisivo" como nosotros le llamamos.

Por supuesto que este debe ser uno de los temas. Usted ha hecho muchísimas aclaraciones respecto a todo lo que ha sucedido en el país en torno a este proyecto de ley, como el recurso de anticonstitucionalidad y sus consecuencias para el futuro. Le pido ahora una aclaración de carácter personal, porque pertenece a un partido que, precisamente, no se caracteriza por ese apelativo de izquierda. Usted parece una oveja descarriada.

En realidad no me considero así. Me considero un demócrata leal a la tradición democrática del PAN y a la causa del derecho a la información que postuló el PAN desde sus inicios, el derecho a la verdad y la verdad como deber, una de las grandes tesis fundacionales del PAN para hablar de la democratización del sistema de medios públicos como un paso fundamental de consolidación de la democracia. Esta agenda es transversal a los partidos y, más que una agenda de derecho de izquierda, es una agenda de los demócratas. La democratización de los modelos de comunicación es uno de los objetivos para instrumentalizar la democracia. Nosotros hemos pasado por varias etapas, desde la lucha por la organización de comicios limpios, jornadas electorales transparentes, hasta la democracia pensada como un sistema de vida en la que el acceso a los medios de comunicación, la garantía del derecho a la información, el acceso a la radio y a la televisión, se convierten en los principales instrumentos o estrategias para que la democracia sea una realidad. Y así lo he vis-to. Por supuesto, algunos años, la izquierda era más enfática en este tema que otros partidos, o como Acción Nacional misma. En ocasiones, el pragmatismo que ha ocupado a nuestros partidos ha hecho que nosotros tengamos que diferir de nuestros propios partidos y de nuestras propias dirigencias, ese es mi caso. Más que diferir del ideario del PAN, en un momento de esta lucha que ya lleva una década, desde que yo ingresé como miembro del Parlamento Federal en la Cámara de los Diputados he tenido que sostener diferencias tanto con dirigentes de mi propio partido como con autoridades de mi propio partido, en el que creo que más que yo, ellos han sido ovejas descarriadas en términos de los postulados tradicionales de la lucha democrática del PAN. Pero esta es una causa que engloba a muchos, por ejemplo, la Asociación Mexicana del Derecho a la Información, después de las elecciones del 2006, es la que ha logrado integrar al grupo más amplio y plural de la sociedad mexicana, después de una época de enorme polarización en donde era casi imposible que se sentara un miembro del PRD (Partido de la Revolución democrática) con uno del PAN, con uno del Partido Revolucionario Institucional) y eso extendido a diferentes ámbitos, la academia, los intelectuales, escritores, el cine, los medios. Hemos podido hacer, a partir de la constitución de un consejo consultivo, porque hemos acreditado una visión no partidista de este tema, hemos sido capaces de superar los intereses parciales o la visión estrictamente parcial que generan los partidos como parte de la sociedad, para distinguir un tema que le corresponde a todos los ciudadanos independientemente de su calidad de comunicadores o no. Hemos planteado la comunicación como el tema que tiene como sujeto esencial, como destinatario final al ciudadano, más allá de parti-dos, profesiones, estratos, sindicatos, colegios. Escuchándolo, me da la impresión que dice lo siguiente: luchar por la democratización y por el derecho a la información es una actividad política, qué duda cabe, pero más que actividad política es una actividad patriótica, estamos construyendo país haciendo esto. Creo que este es uno de los temas que están en el interés de lo nacional, de lo público y por estar dentro del interés nacional y del interés público es una actividad política, pero, no estricta, es una actividad política con sentido amplio, en lo que debe representar una visión de país, una posibilidad de nación para los siguientes años y un fortalecimiento de la democracia. Así lo hemos concebido a lo largo del tiempo, así lo hemos planteado y quizás por ello hemos tenido un respaldo social multipartidista, plural y diverso en el ámbito de la creación. Javier Corral, Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información. UNA INFORMACIÓN INDEPENDIENTE Y VERAZ PARA CONTRARRESTAR LA MANIPULACIÓN ORGANIZADA Los cambios que el mundo ha experimentado tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington abarcan al conjunto de la humanidad. La estrategia del gobierno de los Estados Unidos sobre los medios de comunicación ha sido, desde el primer momento de los atentados, la presión patriótica, la condena enérgica a las voces críticas, la búsqueda de la censura encubierta, la manipulación informativa. Una muestra oficialmente se llama VNR, es decir, Video News Releases. Un nombre que podría traducirse como Lanzamientos de Noticias en Vídeo y que esconde su verdadera naturaleza: vídeos publicitarios que son realizados para que parezcan noticias y que son emitidos en los informativos de televisión de EEUU sin informar de que en realidad no son reportajes. En total, unas 20 agencias gubernamentales estadounidenses utilizan estos vídeos dentro del programa de relaciones públicas de la Administración Bush, que se ha gastado en los últimos tres años 1.600 millones de dólares (1.260 millones de euros) en promocionar sus iniciativas políticas. Este es sólo el ejemplo más reciente de una estrategia implementada desde las más altas esferas del gobierno de la Casa Blanca. Los gobiernos agudizan su forma de incidir en las mentes anónimas hasta tal grado que censuran los contenidos de Internet.

En esta práctica cuentan desgraciadamente con el apoyo de empresas de alcance mundial. El afán comercial o la connivencia política conducen a la eliminación de motores de búsqueda de páginas que las autoridades consideran lesivas para sus intereses. El grado de vigilancia y la magnitud de la censura van de la mano de la represión, la preceden y la legitiman. La red como eventual instrumento de liberación se torna tan peligroso para algunos que hasta los terroristas ponen en marcha sus atentados para destruir cibercafés que "son utilizados para fines ajenos a los mandatos del cielo" Los principios rectores de la programación de Radio Nederland Wereldomroep se basan en tres elementos centrales: Independencia, Precisión y Sinceridad para ofrecer una información Razonable, Convincente y Esclarecedora. CULTURA DE PAZ, COMUNICACIÓN Y DESARROLLO Cultura de Paz es una denominación que engloba todo el quehacer humano desde la ausencia de guerra o enfrentamiento hasta la puesta en práctica efectiva de los derechos humanos. Como lo afirma Naciones Unidas, cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en: a El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no-violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación; b El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no-injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional; c El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales; d El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos; e Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presente y futuras; f El respeto y la promoción del derecho al desarrollo; siempre y cuando este desarrollo no sea un camino impuesto sino la búsqueda permanente de los propios pueblos. g El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres; h El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información; i Adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones. Los principios de la Cultura de Paz están íntimamente vinculados con la cohesión social. Tanto en América Latina como en Europa el tema de la cohesión social está crecientemente presente en las agendas de los actores económicos, sociales, políticos, culturales e institucionales, así como también en las investigaciones y publicaciones científicas y académicas. Se trata, en efecto, de un tema fundamental para el desarrollo integral que exhibe similitudes y diferencias a uno y otro lado del Atlántico e inclusive al interior de las regiones y de los países. Según Bernardo Sorj e Isabel Yépez, una revisión de las diferentes perspectivas de estudio permite distinguir cinco dimensiones de análisis que crean una agenda compartida de preocupaciones, investigaciones, acciones e intercambios entre Europa y América Latina. Inserción/ exclusión.-

La cohesión implica la capacidad de la sociedad de posibilitar a todos sus miembros la satisfacción de sus necesidades garantizando la igualdad de oportunidades, en particular el acceso a la educación, la salud, la seguridad y un trabajo digno. En efecto, el incremento de mercados de trabajo duales: del subempleo y desempleo de larga duración, de la ampliación de formas precarias de contratación ponen en la agenda el tema de la calidad del empleo tanto en Europa como en América Latina. Este es uno de los aspectos de las llamadas ‘nuevas formas de exclusión social' que se suman a los graves niveles alcanzados por la pobreza y la pobreza extrema.

Pertenencia/ aislamiento.- Desigualdades extremas en la distribución de los recursos dificultan y hasta imposibilitan la cohesión entendida como el conjunto de procesos sociales que contribuyen a que los individuos afirmen su sentimiento de pertenencia a una misma comunidad. 3 Participación/ pasividad.- El ejercicio de la igualdad entre los individuos está profundamente ligado al ejercicio de la ciudadanía. La cohesión social llama a una implicación en la gestión de los asuntos públicos, por oposición al desencanto político y a la apatía, estimulando la participación activa en la construcción democrática y favoreciendo el diálogo y la solidaridad. 4

Reconocimiento/ rechazo.-

La cohesión requiere del reconocimiento del otro, es decir, la práctica de la tolerancia, el respeto a las diferencias. En efecto, formas seculares de discriminación, desprecio y marginación constituyen trabas para la convivencia mutua en el seno de sociedades multiculturales, sin olvidar los desafíos que plantea la migración internacional con la diversidad étnica y religiosa que ella implica. 5 Legitimidad/ ilegitimidad.- La cohesión social requiere de instituciones públicas y privadas legítimas, que puedan actuar como mediadoras de conflictos.

Los programas de ajuste estructural y de reestructuración económica han hecho perder legitimidad a los Estados y los partidos políticos se encuentran igualmente debilitados. La sociedad civil ha demostrado un dinamismo importante, sin embargo, ella no reemplaza al Estado, ni a los partidos políticos. Frente a la exclusión, el aislamiento, la pasividad, el rechazo y la ilegitimidad los medios de comunicación, si lo quieren, están en condiciones de dinamizar el derecho de expresión de la gente. Andrei Sajarov, prestigioso disidente soviético, dijo en una ocasión: "muchas veces las voces que más cuentan son las voces que no se oyen". Son en verdad las voces de la mayoría.

Radio Nederland Wereldomroep busca abrir espacios, ventanas, para que esas voces puedan verbalizar sus realidades. Precisamente una de las misiones que estuvieron en la génesis de los medios de comunicación es que coadyuvaran a la cohesión de las respectivas sociedades. A la pobreza, desigualdad, discriminación y vulnerabilidad en el empleo que se manifiesta en la región, se añaden la fragilidad institucional congénita, altos índices de corrupción y el aumento creciente de la inseguridad ciudadana. Se trata de un abanico complejo de desarrollos simultáneos e interdependientes con especificidades propias en cada país.

En una entrevista a Radio Nederland la señora Ortiz

Fuente: Radio TV Mexico

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