domingo, 4 de mayo de 2008

ARGENTINA: Las Madres también tienen su radio

Ubicada primera en el dial, la emisora apunta a ser una alternativa dentro del panorama radiofónico actual

Hace dos años y medio, La Voz de las Madres, la radio de la Asociación de las Madres de Plaza de Mayo, se instaló en el dial (AM 530). De esta emisora, que intenta convertirse en una alternativa radial y que apunta a una integración cultural con América latina, hablaron su director, Pedro Lanteri, y dos de sus conductores, Ricardo Horvath y Marcelo Bartolomé.

-¿Cómo surge esta radio?

Pedro Lanteri: -De una idea de las Madres de Plaza de Mayo. Ellas siempre apostaron a medios de comunicación propios; tienen su periódico, que ya lleva más de veinte años, aunque en forma discontinua, y esta radio comenzó en noviembre de 2005 emitiendo sólo música.

-En el dial de AM es la primera de la izquierda.

-Sí, es una frecuencia de gran potencia, de fácil ubicación y difícil barrido. Gracias a Radio Cooperativa, que le cedió parte de sus instalaciones, las Madres comenzaron las transmisiones en la plata baja de Cerrito 242. En marzo de 2006 se inició la programación, básicamente periodística, con la incorporación de algunos conductores que aún continúan. Al principio fue una idea difusa, pero rápidamente se fue consolidando, gracias al profesionalismo de los que trabajan en ella.

-¿Qué objetivos se propuso cuando asumió, en 2006?

-Lo primero que hice fue instalar la cuestión técnica, porque no se escuchaba bien; tenía interferencias. Aumentamos la potencia de transmisión, que nos permite una llegada de 350, 400 kilómetros. Luego quise dejar en claro que el objetivo no era hacer una radio para la gente de izquierda, sino una radio desde la izquierda para la gente. Finalmente, el desafío de consolidar la artística de la radio con una producción y conducción seria, y una programación que tuviera que ver, no con un discurso panfletario, sino con una integración cultural del país con América latina. La integración de los pueblos a través de la política es efímera; a través de la cultura, es sólida. Somos muy exigentes con lo que sale al aire, respetando lo que es el formato de la radio. Tenemos siempre presente que los programas no se improvisan: se producen. En definitiva, trabajamos para ser una alternativa dentro de las radios y no una radio alternativa.

-¿Hebe de Bonafini es la directora integral y conduce, además, dos programas?

-Hebe es las Madres, y las Madres son Hebe. Eso lo tenemos bien en claro, porque trabajamos desde hace muchos años con ellas. La Hebe que se encuentra en la radio no tiene nada que ver con la Hebe de la barricada, desde su lenguaje, el uso de los tiempos y los climas. Ella maneja los principios del periodismo intuitivamente y hace programas amenos, que integran al entrevistado. Los programas de Hebe son Pariendo sueños y La transformación de los pañuelos blancos, la historia de las Madres de Plaza de Mayo contada por sus protagonistas y por un equipo de historiadores encabezado por Ulises Gorini.

-¿Qué novedades habrá en la artística?

-Horacio Embón comienza la semana que viene con una serie de ocho programas semanales, sobre todo hablando de la ley de radiodifusión. Javier Rubel se incorpora en julio, con un programa de entrevistas que ya viene con mucha historia en Radio Nacional. Y, como apuntamos a la identidad latinoamericana, hicimos convenios de cooperación radiofónica con emisoras de distintos países.

- ¿Qué los atrajo de la radio?

Marcelo Bartolomé: -Yo tengo dos argumentos: uno es el convencimiento de que era un desafío bárbaro en un proyecto distinto, y otro es que yo sea el único tipo que, habiendo trabajado en el noticiero de Radio 10, termina en la primera de la izquierda, convocado por Hebe.

Ricardo Horvath: -Porque es una emisora para todo el público; tiene todo tipo de música; hay un programa de coros excelente y el tema de la discapacidad, los domingos a la mañana, resulta más que digno e interesante de escuchar. Es una radio que intenta abarcar todo. No en vano fue declarada de interés cultural por la Secretaría de Cultura.

Por Alicia Petti

Fuente: La Nación, Argentina

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