lunes, 28 de marzo de 2011

COLOMBIA: Radio-Cartagena-Nacional / El otro lado

Cartagena es uno de nuestros más queridos y alabados patrimonios nacionales.

Siempre hablamos bien de ella y nos sentimos orgullosos; la visitamos, la adoramos, la contamos con orgullo.

Además de bellísima, histórica y diversa, es la ciudad colombiana por donde pasa lo mejor que visita a Colombia: empresarios, inteligencia, arte, cultura, ideas, mundo. Pero hay un pero: Cartagena se convirtió en patrimonio de RCN.

RCN y su comparsa de guayaberas blancas se adueñaron de la ciudad. El Festival Internacional de Música, de enero, es un evento de RCN; el Hay Festival es de RCN, el Festival de Cine es de RCN, el Reinado de belleza, de RCN, y el próximo alcalde de la ciudad puede ser un periodista de RCN.

¿Y qué tiene de malo esto? Nada, en principio. RCN es un grupo de medios que ama, goza, celebra a Colombia y tiene al país como negocio, y, por tanto, puede hacer negocio con Cartagena y convertirla en su 'set'.

En principio no hay nada perverso en eso. Si Cartagena, sus gentes y autoridades se quieren vender a la guayabera RCN, todo bien. En todo caso, hay que analizar qué significa esta compra de la ciudad. Significa que RCN celebra lo cachaco y lo provincial y hace que los eventos pierdan densidad y todo se vuelva una auténtica propaganda de RCN; o sea, Cartagena no importa, interesa vender RCN. Y esto lleva a que se celebren modos de ser RCN más que diversas formas culturales de la ciudad.

RCN gana, mientras Cartagena pierde diversidad, profundidad y universalidad. El Festival de Música pone al pueblo cartagenero atrás y a la música Caribe, fuera; el Hay Festival celebra la literatura y el periodismo de élite mientras ilustra a los pobres cartageneros sin reconocer las tradiciones de oralidad, cuerpo y música que habitan en la cultura afro de la ciudad; el de cine hace unos premios que patrocina RCN y gana RCN, con lo cual se evita celebrar la industria de la televisión colombiana; el reinado es decidido por RCN, por lo cual esta fiesta, que era colombiana, es solo un asunto de las decisiones de RCN.

Y, ahora, el periodista de mayor popularidad en la ciudad hace campaña en la emisora de RCN, y las directivas no dicen nada. Cartagena es un patrimonio nacional, está habitada por una cultura afro profunda y diversa y debe dejar de ser vista como asunto de cachacos y como evento de un grupo de medios. No hay nada de malo en que RCN sea el dueño de Cartagena; pero eso no les hace bien a la ciudad ni a la comunicación de Colombia. 

ÓMAR RINCÓN

Fuente: El Tiempo, Colombia

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