Lucién es periodista y columnista del diario venezolano El Nacional. En diálogo exclusivo con Infobae América, el autor explica cómo, a través de métodos solapados, el gobierno venezolano digita la información. Además, advierte sobre el discurso de la prensa oficial que busca criminalizar a la oposición, a los periodistas y a los dueños de medios.
-¿Cuál es la situación de los medios independientes en Venezuela?
Muy delicada. Hay un cerco a la libertad de la expresión y eso ha afectado a la prensa independiente. A través de una cantidad de dispositivos encubiertos y una estructura legal montada, el gobierno promueve la autocensura. Además, estos dispositivos tienen como consecuencia objetiva el cierre de canales de televisión y radios como Radio Caracas televisión. Así como el cierre de 36 emisoras más. Sin embargo, se informa que el cierre de estos medios se debe a temas legales, pero cuando se analiza la línea editorial de esos medios uno se da cuenta que siempre son críticos; que no responden al dispositivo ideológico del gobierno.
-Durante su visita a la Argentina, Chávez aseguró no haber cerrado esas emisoras, ¿el presidente miente?
Mire, yo leí sobre Argentina para enterarme qué sucede en el país y allí el gobierno no dice que interfiere en la salida de un periódico sino que se trata de un problema laboral (ver Bloquean la salida del principal diario de Argentina). Aquí pasa lo mismo. El gobierno dice que Radio Caracas, o las otras radios, simplemente no cumplen las normativas. Por ejemplo, en mi país hay una ley que prohíbe la difusión de "todo lo que genere zozobra"... ¡muy genérico! ¿Cómo se determina la zozobra? Es una ley que promueve la autocensura. Aquí hay una cantidad enorme de programas de opinión que desaparecieron. Los mecanismos (de censura) son indirectos. Además existe otro factor que es el uso discrecional de la pauta publicitaria por parte del gobierno que explica la magnitud del control.
-¿No existe una regulación legal para la distribución de la pauta publicitaria?
No está regulado por ninguna ley, pero sí está sancionado ese uso discrecional por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión exige que no se utilice la publicidad para controlar los medios. Por ejemplo, aquí es escandaloso lo que ocurre con las cadenas nacionales del presidente. Se trata de un concepto que siquiera existe en otros países. Es un copamiento totalitario de todos los medios de comunicación públicos y privados. Las cadenas nacionales se realizan con frecuencia. En estos 10 años, yo he contabilizado 2.125. Una cadena nacional es un cierre virtual de todas las otras emisoras.
-En su libro aborda la "guerrilla comunicacional", ¿cómo describe su accionar?
Me refiero a la enseñanza de los jóvenes para que intervengan en lo que aquí se llama "la guerra mediática". Además, desde los medios estatales hay todo un discurso escatológico y negativo que criminaliza a la oposición, a los periodistas y a los dueños de medios. Mi libro es el marco global para la comprensión del concepto de cerco a la libertad de expresión.
-¿Qué opina sobre el premio que recibió Chávez en la facultad de Periodismo de La Plata, en Argentina, por su "contribución a la comunicación popular"?
La verdad, pensé que era un chiste. Los argentinos son graciosos y pensé que era una broma. Pero cuando supe que era verdad, me pareció insólito que premien a una persona con los antecedentes que Chávez tiene en su país. No bien llegó a la Argentina dijo que no había cerrado ninguna radio, cuando él mismo anunció los cierres en radio y televisión... Aquí, un canal como Globovisión, está sometido al acoso permanente.
Para Lucién, la situación de los medios de comunicación en su país es tan grave que, incluso, afirma que "compromete la propia vigencia de la democracia".
Fuente: Radio FN Bolivia, Bolivia
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